Cataluña

BA Vidro recupera el control de La Seda y destituye a Morlanes

El expresidente de La Seda, José Luis Morlanes. Autor: Luis Moreno

En una junta de accionistas que duró cinco horas, el grupo portugués BA Vidro, que preside Carlos Moreira, recuperó ayer el control del consejo de administración de La Seda de Barcelona y destituyó como consejero a José Luis Morlanes.

Según aseguró Moreira en la junta, la salida se se debe a que "ha sido un obstáculo para alcanzar cualquier acuerdo entre accionistas y acreedores y por su defensa abierta de los intereses económicos del fondo buitre Anchorage frente a los derechos e intereses de todos los accionistas y demás acreedores". El 81% de los accionistas asistentes a la junta votó a favor de cesar a Morlanes, que abandonó la junta nada más conocer el resultado, sin esperar al final de la misma.

En la junta fueron nombrados consejeros Moreira, que asume la presidencia de La Seda, y su mano derecha Jorge Alexandre Tavares. Del anterior consejo sólo mantienen sus cargos los independientes José Luis Riera, Carlos Soria y José Antonio García-Albi. El resto de los consejeros también cesó en sus cargo.

En la junta, a la que sólo acudió el 50 por ciento del capital, BA Vidro hizo valer su 20 por ciento y contó con el apoyo de, al menos, el 15 por ciento de Caixa Geral, entidad que además es el banco agente del crédito sindicado que mantiene La Seda, por valor de 235 millones de euros.

Negociar con Anchorage

Tras la junta, Moreira aseguró que su objetivo ahora es alcanzar un acuerdo con el fondo Anchorage para refinanciar el pasivo financiero de la compañía y poder retirar el concurso de acreedores solicitado por La Seda. La propuesta que BA Vidro aprobó en la junta pasa por una reducción del nominal de las acciones de la compañía de un euro a 25 céntimos; una ampliación de capital de 40 millones, que desembolsará íntegramente el grupo luso, y la conversión en capital de 60 millones del crédito sindicado.

En el caso de que la propuesta aprobada ayer se pudiera hacer realidad, BA Vidro sería el principal accionista de la compañía con más del 50 por ciento del capital y Anchorage pasaría a controlar un 25 por ciento de las acciones.

Para pagar el resto del crédito sindicado (hasta 235 millones), Moreira propone realizar ventas de activos por valor de 30 millones y trasladar los restantes 145 millones a la filial de envases de La Seda, que es la única que a día de hoy gana dinero y tiene capacidad para devolver las deudas.

En caso de que Anchorage no acepte estos términos, BA Vidro se plantea sacar adelante el concursos de acreedores con un pasivo financiero de 605 millones y un pasivo comercial cercano a los 300 millones. En ese contexto, la posición de fuerza de Anchorage (que controla un 47 por ciento del sindicado) se diluye y le podría suponer fuertes quitas.

División química en venta

La Seda de Barcelona pasó de ser una empresa textil a una química, y ahora dejará de ser química para convertirse en un fabricante de envases de plástico PET. Esta decisión estratégica supondrá la venta de diversos activos, con los que espera lograr 30 millones de euros.

En este sentido, Moreira señaló ayer que "toda la división química está a la venta". Esta división, denominada Artenius, incluye la planta de IQA en Tarragona y la sede central de La Seda en El Prat (Barcelona).

También están a la venta las tres plantas de plástico PE que el grupo tiene en Italia, la de Turquía y el 41% que La Seda aún posee en una planta en Sines (Portugal). Ésta está hipotecada a favor de Caixa Geral.

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