Cataluña

La política fiscal de la Generalitat

Juan Carlos Giménez-Salinas, Abogado

Cuando accedió al Govern Artur Mas, una de las medidas iniciales de su mandato fue suprimir el impuesto de sucesiones, medida que se incorporó al programa de su partido en las elecciones.

Recordemos que Cataluña era de las pocas autonomías que todavía cobraba este impuesto, muy cuestionado por la doctrina fiscal de los países desarrollados. Hoy aparece en los medios de comunicación que la Generalitat volverá a incorporarlo a su acervo de impuestos de todo tipo. Vemos que pocos días después de anunciar el incremento en dos puntos del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales de las viviendas de segunda mano, que pasa del 8% al 10%, anuncia también el nuevo impuesto sobre sucesiones.

Como primer pensamiento que me acude a mi mente es que este hecho demuestra la gran debilidad del Govern de Artur Mas. El mismo Govern que lo elimina, por contrario imperio, lo implanta. Incongruente. Única explicación, promesa a ERC en sus pactos de apoyo parlamentario. Esta medida va en contra de lo prometido por CiU y por Mas y por tanto en contra de lo que deseaban sus votantes. No me extraña que pierda votos a chorros cada dia.

Es un impuesto que no se justifica ya que aquellos bienes que le quedan a una persona al morir son los que ha podido retener después de haber pagado todos los impuestos habidos y por haber a lo largo de su vida y no es de justicia que además y después de morir, el Estado le incaute parte de lo que le queda ya que, además, el dejarlo a sus descendientes ha sido una de las causas que le ha impulsado a acumular este ahorro. Aquí no hablo de la grandes fortunas, aquí hablo del ahorro de la clase media, del ahorro de la mayoría de nosotros. Las grandes fortunas van por otro lado y mediante sociedades interpuestas se libran de este impuesto. La mayoría de los ciudadanos, de sus ingresos anuales ha pagado la parte que le correpondía, cuando ha adquirido una casa, ha satisfecho el Impuesto de transmisiones y cada año ha pagado el IBI correspondiente, si tiene ahorros líquidos, cada año paga el impuesto correspondiente a los intereses el capital y si tiene un fondo de pensiones, cuando lo rescata paga una barbaridad. Además de todo ello, nuestro ínclito Govern pretende quedarse con parte de lo que queda después de haber pagado todos estos impuestos.

Además de carecer de justificación, este Govern nos debería indicar para qué quiere este dinero. No basta una voluntad recaudatoria sin más y que vaya a donde vaya este dinero ya nos está bien. Este afán recaudatorio de ERC debería haberlo tenido en administrar correctamente el presupuesto cuando gobernaba integrada en el tripartito y no hacerle pedir a Más más dinero al ciudadano para pagar la deuda que originó el nefasto gobierno de hace unos años en el que ERC fue protagonista.

Asi se comprende que en las encuestas ERC gane en expectativas de voto y CiU se hunda. La virginal ERC y el malvado Mas y su CiU.

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