España cuenta con más de 1,2 millones de piscinas, de las cuales menos de un 1 por ciento dispone de cubiertas. Tras el mercado francés, el español es el segundo más importante para el grupo Abrisud, dedicado a la fabricación de cubiertas de piscinas. "Apostamos por España como mercado preferente porque todavía nos queda mucho camino por recorrer", afirma el director ejecutivo de Abrisud Ibérica, Fabrice Villa.
En primavera y después del verano, durante los meses de septiembre y octubre, son los dos mayores picos de demanda de Abrisud Ibérica, que tras cerrar 2012 con una facturación de 6,2 millones de euros, espera mantener esta cifra este año. "Entre abril y mayo hemos incrementado un 12 por ciento la instalación de cubiertas de piscinas respecto al mismo período del año anterior", precisa Villa, quien argumenta que este aumento se debe a las previsiones de un verano frío. Tal y como explica, una cubierta eleva de manera natural entre seis y ocho grados la temperatura del agua y supone un ahorro hídrico y de energía del 50 por ciento en los costes de mantenimiento y climatización. Estas soluciones, que se fabrican en la planta que el grupo tiene en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) para abastecer al mercado español y portugués, adelantan un mes la temporada de baño.
Apuesta por la tecnología
Las ventas en el norte de España suponen el 60 por ciento de la facturación de Abrisud Ibérica, ya que "al tener un verano más corto, amortizan más la inversión". Las cubiertas bajas en forma de bóveda de un metro de altura que cuestan entre 7.000 y 10.000 euros con una vida útil de más de 10 años son el producto más demandado en nuestro país. Para este año el objetivo es vender más de 700 unidades.
En estos momentos un 15 por ciento de las solicitudes de Abrisud provienen de los smartphones y la tecnología es una apuesta de la empresa para llegar a más clientes.