La realidad se impuso a los deseos. El consejo de administración de La Seda de Barcelona decidió ayer presentar concurso voluntario de acreedores para intentar salvar, al menos, una parte de la compañía.
Según algunas fuentes, la decisión tomada ayer no contó con el apoyo del vicepresidente y presidente en funciones de la compañía, José Luis Morlanes, que presentó su renuncia. De hecho, el comunicado enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre la presentación del concurso ya no contó con la firma del vicepresidente.
Pese a la renuncia a sus cargos, Morlanes tiene previsto seguir ocupando un sillón en el consejo de administración, ya que sigue siendo uno de los principales accionistas individuales de La Seda, según explicó ayer un portavoz de la empresa.
Otras fuentes cercanas a la compañía explicaron que la renuncia de Morlanes no fue voluntaria y se produjo después de que la mayoría de miembros del consejo de administración amenazaran con su dimisión en bloque. Al parecer, el hecho desencadenante sería que La Seda podría haber incumplido los plazos legales para acometer la refinanciación de sus deudas y los consejeros tener alguna responsabilidad legal al respecto.
En el hecho relevante enviado por La Seda a la CNMV, el consejo explica que "el proceso de refinanciación de la deuda de la sociedad se inició el pasado mes de septiembre de 2012" y debería haber concluido el 30 de marzo. Desde entonces, Morlanes, como presidente en funciones del consejo, ha aprobado tres prórrogas que, conjuntamente, superan los dos meses y medio, plazo máximo que, al parecer, establece la ley. A partir de superar ese plazo, cualquier proveedor de La Seda podía haber solicitado el concurso de la compañía y, presuntamente, pedir responsabilidades al consejo.
Con el concurso de acreedores ya presentado en juzgado mercantil de Barcelona y sin un presidente, el consejo de La Seda deberá afrontar la junta de accionistas prevista para el próximo miércoles día 26 de junio. Según el orden del día, los accionistas debían votar las propuestas de recapitalización de la compañía presentados por el fondo especulativo estadounidense Anchorage y por el grupo portugués BA Vidro, principal accionista de La Seda con el 20 por ciento del capital.
Según el comunicado enviado a la CNMV, la propuesta de Anchorage (que preveía la recapitalización de la compañía mediante la conversión de créditos en capital) no ha alcanzado el apoyo del 75 por ciento de los acreedores, el mínimo para que fuera sometido a votación. En cuanto a la propuesta de BA Vidro (que propone inyectar 40 millones de euros tras una opa sobre el cien por cien de las acciones y la reducción del capital social a cero), los abogados del grupo portugués están analizando la viabilidad de votarla en la junta una vez que la compañía esté en concurso de acreedores.
Un exjuez llevará el concurso
La Seda ha contratado a Garrigues para llevar el concurso de acreedores. El exjuez del juzgado mercantil número 1 de Barcelona, Enrique Grande, fichado hace unos meses por Garrigues, será el abogado encargado de defender los intereses de la compañía.
Ahora el caso debe ser adjudicado a uno de los juzgados mercantiles de Barcelona y el juez deberá nombrar administradores judiciales que serán los encargados de proponer un convenio de acreedores.