
CaixaBank, el banco de La Caixa, anunció ayer que está estudiando la venta del 10 por ciento del capital del grupo mexicano Grupo Financiero Inbursa. Según un comunicado enviado por la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), CaixaBank "está analizando la posibilidad de realizar una colocación de aproximadamente la mitad de su participación en Grupo Financiero Inbursa (GFI), equivalente a aproximadamente un 10 por ciento de las acciones ordinarias de GFI".
La decisión final de la venta de esta participación dependerá de las condiciones de mercado, y "en cualquier caso, la intención de CaixaBank es que la potencial venta parcial no altere su compromiso con GFI ni con sus principales accionistas", dijo la entidad catalana. GF Inbursa es el brazo financiero del magnate mexicano Carlos Slim, y La Caixa mantiene un acuerdo con él para desarrollar el negocio bancario en México siguiendo el modelo de oficinas bancarias que la caja catalana desarrolla en España. "Esta colaboración no se resentirá se realice la venta o no, e incluso está previsto que se incremente", aseguran fuentes de la entidad.
La Caixa compró el 20 por ciento de Inbursa a Carlos Slim en 2008. El millonario mexicano sigue siendo el primer accionista de Inbursa, y además desde 2011 es accionista y consejero del grupo financiero catalán.
Para comprar el 20 por ciento de GF Inbursa, CaixaBank invirtió 1.600 millones de euros. Según la valoración del mercado, GF Inbursa, que cotiza en la bolsa mexicana, vale actualmente 12.300 millones de euros, lo que sitúa el precio de la participación del 20 por ciento de CaixaBank en 2.460 millones, con unas plusvalías latentes del 860 millones. Si finalmente CaixaBank vende la mitad de sus acciones en Inbursa, la operación le reportaría unas plusvalías de 430 millones.
Sin embargo, desde la entidad insisten en que el objetivo no es la generación de plusvalías, sino "recortar la participación accionarial por debajo del 10 por ciento, ya que por encima de esa cifra la nueva normativa de Basilea III exige unos consumos de capital muy superiores". CaixaBank se ha fijado como objetivo alcanzar a final de este año un capital mínimo del 8 por ciento según los criterios de Basilea III (mucho más rigurosos que los actuales), lo que anuncia que la entidad podría estar planteándose desinversiones adicionales a la de Inbursa para lograr el objetivo.
Por el contrario, la entidad no tiene previsto que el nuevo decreto de refinanciación de los créditos bancarios que está impulsando el ministro de Economía Luis de Guindos le suponga de nuevo un gran esfuerzo de dotaciones.
Las acciones suben
Las acciones de CaixaBank, junto a las del Banco Popular, fueron las únicas que experimentaron ganancias en la jornada de ayer. CaixaBank logró una subida del 0,81 por ciento, cerrando a 2,75 euros. Por otro lado, la agencia de calificación Fitch decidió mantener ayer el rating de la deuda a largo plazo de la entidad en BBB, aunque con perspectiva negativa.