El Ayuntamiento de Barcelona cobrará una nueva tasa de cajeros automáticos para gravar a aquellos que están en las fachadas de los edificios. El nuevo impuesto entrará en vigor a partir del próximo 1 de julio y no afectará a los que están dentro de las oficinas bancarias.
El gobierno municipal de CiU en Barcelona ha acordado con el PP y con ICV-EUiA una horquilla de precios para la nueva tasa, en función de la ubicación del cajero automático. El abanico de precios va desde los 171 y los 855 euros anuales en función de lo comercial que sea la calle.
Así, para la calles más codiciadas, tipo paseo de Gracia, la tasa será de 855,10 euros anuales y se establecen otras cuatro cuantías en función de la calle que oscilan entre los 513,06 y los 171,02 euros. La recaudación prevista por el ayuntamiento de Barcelona es de unos 300.000 euros anuales ya que la nueva tasa afectará a unos 600 cajeros automáticos.
De esta forma, Barcelona pasa a encabezar el ranking de ciudades españolas que más cobran por un cajero automático, por encima de ciudades como Sevilla, donde está entre 315 y 693 euros; Málaga, que es de 600 euros; Badajoz, que se sitúa entre los 450 y 595; Castelldefels (Barcelona), de 533, y Figueres (Girona), de 510.
Según lo acordado por los grupos municipales de la capital catalana, la recaudación de este nuevo impuesto es finalista y está previsto que se destine a reforzar las políticas de vivienda social, pago de alquileres sociales e intermediación en caso de posibles perdidas de viviendas por desahucio. El presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, condicionó su apoyo al impuesto a que todo lo recaudado se destinara a políticas sociales para la ciudad.
Por su parte, las entidades financieras de la ciudad están llevando a cabo el traslado de sus cajeros al interior de las oficinas para evitar el pago del nuevo impuesto.
