
El talante negociador de CiU ha vuelto. La asfixia económica que sufre la Generalitat catalana por parte del Ministerio de Hacienda ha dado su frutos y el president, Artur Mas, ha dado orden de dialogar con el Gobierno.
Lo contrario, enrocarse en el discurso independentista junto a ERC, llevaría al abismo al Gobierno catalán que ya no puede pagar a las farmacias, las residencias de la tercera edad o los colegios y hospitales concertados.
La estrategia ha sido un éxito y mañana el consejero de economía catalán, Andreu Mas-Colell, acudirá a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera con una actitud mucho más dialogante que el año pasado, cuando decidió no acudir como acto de protesta ante lo que percibía como inflexibilidad. El objetivo de Mas-Colell es arrancar de Montoro una flexibilización del déficit público para Cataluña y, sobre todo, su compromiso de financiarlo, ya que la Generalitat no puede acudir ni a los mercados financieros ni a los bancos, lo que deja a la Administración catalana atada de pies y manos ante el ministro de Hacienda.
Trato diferencial
Los números de Cataluña para 2013 son terroríficos. La deuda ya supera los 50.000 millones (25,9% del PIB), los intereses que deben pagarse ascienden a 2.200 millones (300 millones más que en 2012) y para alcanzar el 0,7% de déficit público que exige Montoro sería necesario un recorte de 4.400 millones, cifra que Mas-Colell ha calificado de "tragedia" para el Estado del Bienestar en Cataluña.
Artur Mas espera que Montoro acepte brindar a Cataluña un trato diferencial y permita a la Generalitat hacer un déficit público superior al 0,7%, aunque éste siga siendo el objetivo para el resto de autonomías. Hasta el momento, el ministro se ha mostrado inflexible en cuanto a los objetivos de déficit y a su obligado cumplimiento por parte de todas la comunidades autónomas. Otro punto que se ha incluido en el orden del día de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera es la creación de un grupo de trabajo para la reforma del sistema de financiación. En ese grupo de trabajo, el PP podría analizar un modelo específico para Cataluña, en línea con lo que Mas reclamó el pasado mes de septiembre cuando acudió a Madrid a pedir un Pacto Fiscal. Esta aproximación en temas económicos entre CiU y PP tensiona el pacto de gobierno entre CiU y ERC en Cataluña, aunque ayer el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, consideró que son "compatibles".