La Caixa y la multinacional francesa Suez tendrán que renegociar el pacto de accionistas que mantienen en Aguas de Barcelona (Agbar) si la entidad que preside Isidro Fainé decide entrar en el consejo de Aguas de Valencia.
Tras comprar Banco de Valencia, La Caixa controla de forma indirecta el 30 por ciento de Aguas de Valencia y se plantea quedarse en el consejo de administración de esta compañía, lo que, según la Comisión Nacional de Competencia (CNC), es incompatible con mantener su presencia en el consejo de Agbar.
Aunque todavía no es oficial, La Caixa ha optado por conservar sus presencia en Aguas de Valencia y retirarse del consejo de Agbar, donde conserva dos de los ocho miembros. Cuando esta decisión sea firme, la entidad y Suez deberán renegociar el pacto de accionistas que firmaron en abril de 2010, por el que La Caixa conservaba dos consejeros (ya que controla el 24 por ciento del capital) y una serie de derechos de veto sobre diversas operaciones que podría acometer Agbar. La salida de los dos consejeros obligará a redactar de nuevo los acuerdos.
El interés de Suez
Otro aspecto a tener en cuenta es el interés desde hace años de Suez por hacerse con el control de Aguas de Valencia, donde cuenta con un 33 por ciento de las acciones, pero no puede tener presencia en el consejo al tratarse de un competidor. El principal obstáculo para Suez es el presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, que quiere hacerse con el control de la compañía. Calabuig la lleva de manera indirecta a través de la sociedad Inversiones Financieras Agval, donde tiene el 50,01 por ciento, mientras que Banco de Valencia, ahora CaixaBank, cuenta con el 49,99 por ciento restante. Calabuig está imputado en la Audiencia Nacional por una denuncia del Frob y le han embargado el 7,9 por ciento de Inversiones Financieras Agval.