Sólo un día después de que el 77 por ciento de los diputados catalanes se pusieran de acuerdo sobre el derecho a decidir de Cataluña, los principales partidos fueron incapaces de alcanzar un pacto para la celebración de la cumbre económica y social prevista para el próximo sábado en Barcelona.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, suspendió ayer la reunión al constatar que su celebración no servirá para lograr pactos contra la crisis.
El president tomó la decisión después de hablar con el primer secretario del PSC, Pere Navarro, que fue quien propuso la reunión durante la última campaña electoral, y con el presidente de ERC, Oriol Junqueras. Mas aseguró ayer que desconvocaba la reunión porque no ve posible que se pueda llegar "a acuerdos de fondo y transversales" y teme que se convierta en un nuevo motivo de enfrentamiento entre los partidos y el ejecutivo catalán.
Según el líder de CiU, la reunión no ha quedado ni anulada ni aplazada, sino simplemente desconvocada. De esta forma deja abierta la posibilidad de volverla a organizar, pero sin un compromiso.
La cumbre económica abortada había recibido duras críticas de la oposición por la ausencia de sindicatos y patronales. A su vez, estas organizaciones expresaron cierto malestar después de que el presidente de la Generalitat dijera que habían declinado asistir cuando, según su versión, nunca habían sido invitados.
El PSC ha criticado la decisión de Mas, pero su portavoz parlamentario Maurici Lucena reconocía que ante "nuevas informaciones sobre la flexibilización del déficit, sabíamos que algunos partidos ni querían ir a la cumbre ni estaban dispuestos a llegar a acuerdos, y además el Govern se plantea aplazar unos presupuestos sine die, está claro que así no es la mejor manera de hacer una cumbre". Por su parte, el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, aseguró que "lo que mal empieza, mal acaba" ya que, a su juicio, no tenía sentido una cumbre económica sin tener antes sobre la mesa los Presupuestos de 2013.
Recortes a funcionarios
Previamente, el secretario general de ICV, Joan Herrera, se inclinó por no asistir a la cumbre después de que el president y su partido, "hayan acabado de reventar" la reunión al votar a favor de los recortes a funcionarios y escuelas. En esa votación, ERC volvió a salvar a CiU de perder en el Parlament al votar en contra de una moción del PSC, que apoyó todo el resto de partidos de la oposición, en la que se instaba al Govern a dejar sin efecto la supresión de una paga extraordinaria a los funcionarios en 2013.
CiU y ERC presentaron un acuerdo sobre los ajustes a aplicar a la Función Pública que, entre otros aspectos, revisa el importe de las horas extras, aboga por la flexibilidad horaria y movilidad geográfica y excluye de la reducción de una paga extra a los funcionarios que menos cobran. Las medidas, acordadas en el grupo de trabajo de la Función Pública, son por ahora líneas generales que se irán concretando en las próximas semanas y se llevarán a la Mesa de la Función Pública, en la que se sientan sindicatos y el Govern. El pacto aboga pagar las horas extra sólo con compensaciones horarias y libranzas.