"El proceso de adjudicación de Banco de Valencia fue muy competitivo y duro y fue una gran operación para sus clientes y empleados", aseveró ayer el vicepresidente de Caixabank, Juan María Nin, que mostraba así su desacuerdo con que el director del Frob, Antonio Carrascosa, considere que la falta de tiempo hizo que se "malvendiera" Banco de Valencia a la entidad catalana.
El presidente de Caixabank, Isidre Fainé, también quiso negar que la operación se pueda calificar de una mala venta: "Bruselas lo que quería era liquidar esa entidad. Si el Frob piensa que la malvendió, que no lo hubiera hecho".
Banco de Valencia recibió, entre líneas de liquidez e inyecciones de capital, 7.500 millones de ayudas públicas, a lo que hay que sumar los 1.000 millones de la EPA concedida a Caixabank. Según Bruselas, si no se optó por su cierre fue porque la opción de la venta resultó entre 1.000 millones y 2.000 millones más barato que su liquidación.
Otra adquisición, la de Banca Cívica, ha proporcionado más tamaño, cuota y clientes a Caixabank, hasta hacer que los objetivos de crecimiento marcados para 2014 se cumplan anticipadamente.
Eso sí, al año de las millonarias provisiones en todo el sector, Banca Cívica ha provocado unos saneamientos, entre cartera de créditos e inmuebles, de 4.550 millones, lo que supone unos 700 millones más de lo previsto, según confirmaba Nin. Si la cifra se suma al resto de dotaciones que ha hecho el grupo este año, se llega a los 10.299 millones de euros, que explican que el beneficio neto de Caixabank sólo haya ascendido a 230 millones de euros, lo que supone un 78,2 por ciento menos que el año anterior.
Las sinergia de esta unión, cifrada en 500 millones para 2014, también vendrán de "seguir podando el árbol", como explicó Fainé. Así, a medida que se materialice las sucesivas integraciones informáticas, se valorará la duplicidad de oficinas y personal, lo que llevará a recortes, si bien "se negociará con los sindicatos y se llevará a cabo mediante bajas pactadas y prejubilaciones".
Respecto a los cambios que introducirá la nueva Ley de Cajas, Fainé aseguró que La Caixa y Caixabank adaptaran la nueva organización de fundación y banco en 2014, una vez que el proyecto culmine todos los trámites.
"Yo, como Botín, en forma"
Aunque consideró que la nueva estructura "es más homologable a nivel internacional" y que diferencia mejor las competencias nacionales de las autonómicas, no quiso pronunciarse sobre la prohibición de compartir consejeros entre la caja y el banco. "Nuestra preocupación es tener los mejores directivos", afirmó. En todo caso, Fainé aseguró, acerca de su continuidad en el cargo, que "yo, como dice Botín, estoy en plena forma".
Por último, y teniendo en cuenta los trámites que tiene que cumplir el proyecto, emplazó a la asamblea de Caixabank de junio, para tener más información y opinión.