
Algo se mueve en CiU. El partido que preside Artur Mas está rebajando su beligerancia contra el PP con el objetivo de facilitar que el Gobierno que preside Mariano Rajoy realice un oferta en firme para mejorar el sistema de financiación de Cataluña. Ayer, Convergència emitió un comunicado en el que aplazaba "hasta finales de enero o principios de febrero" su decisión de romper todos los acuerdos de Gobierno que CiU mantiene con el PP en Cataluña. Según el texto, el partido "mantiene abierto su periodo de reflexión y no ha tomado ninguna decisión" al respecto.
Esta es una de las promesas que CiU le hizo a ERC cuando firmaron el acuerdo de gobernabilidad de Cataluña. Aunque este punto no forma parte del acuerdo escrito, "fue un compromiso verbal que, además, CiU ya llevaba en su programa electoral", recuerdan fuentes de los republicanos. Esta hipotética ruptura institucional entre CiU y PP supondría finiquitar los acuerdos de gobierno que ambos partidos mantienen en la Diputación de Barcelona, en varios consejos comarcales y en los ayuntamientos de Reus (Tarragona), Badalona y Castelldefels (Barcelona).
Esperando la oferta
El president Artur Mas está sufriendo fuertes presiones por parte de los sectores económicos catalanes para que paralice el proceso soberanista y se siente a negociar un acuerdo fiscal ventajoso para Cataluña con el Gobierno. Los aumentos de impuestos pactados entre CiU y ERC para limitar los recortes han sido definitivos para que el empresariado deje de apoyar el proceso soberanista.
De igual modo, la estrategia del Gobierno central de recurrir ante el Tribunal Constitucional, y suspender de forma cautelar, el cobro del euro por receta, el impuesto sobre la banca y las tasas judiciales catalanas ha supuesto un duro golpe para las cuentas catalanas. Según algunos cálculos, los ingresos previstos por estos tres impuestos ascendían a 828 millones de euros, que ahora la Generalitat deberá obtener por la vía de los recortes con medidas que resultarán extremadamente impopulares.
Ante esta situación de ahogo presupuestario, algunos sectores de CiU se están planteando la posibilidad de negociar con el Gobierno una importante mejora del sistema de financiación de Cataluña. "Con sólo que nos dieran el 25 por ciento del déficit fiscal que Cataluña mantiene con el Estado, no nos veríamos obligados a realizar el ajuste de 4.000 millones que nos obligan a realizar este año", indican fuentes del partido. CiU calcula el déficit fiscal catalán (diferencia entre los impuestos que pagan los catalanes y lo que recibe la comunidad) en 16.000 millones anuales.
Estos 4.000 millones coinciden precisamente con la propuesta de mejora de la financiación que el pasado mes de septiembre realizó Mariano Rajoy a Artur Mas cuando este le exigió la negociación de un Pacto Fiscal similar al concierto fiscal vasco.
Otro punto que, según CiU, deberían incluir la oferta del Gobierno sería una flexibilización del objetivo de déficit público para 2013, que , según los nacionalistas, debería elevarse del 0,7 por ciento establecido al 1,5 por ciento.
Las reacciones de PP y ERC
Frente a este viraje de CiU, ERC considera que "la posible mejora de la financiación y el proceso soberanista hacia la independencia que hemos emprendido en Cataluña son dos asuntos que no están relacionados y no tienen nada que ver", indicó a elEconomista el responsable de Asuntos Económicos de los republicanos, Pere Aragonés.
Respecto a la posibilidad apuntada por Mas de que la consulta al pueblo catalán sobre la independencia no tenga valor jurídico, Aragonés aseguró que "el valor jurídico se lo daría que el Gobierno central admitiese el referéndum, pero sin esa autorización la consulta tendría valor político y su resultado obligaría a la Generalitat a emprender el proceso, por supuesto no se trataría de una simple encuesta".
Por su parte, el PP catalán está tomando posiciones para convertirse en pieza clave en una hipotética negociación. Su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, planteará el lunes a la comisión ejecutiva del PP que se celebra en Madrid la necesidad de "tomar la iniciativa política en Cataluña para capitalizar el descontento de muchos sectores empresariales y de la sociedad civil catalana mantiene en estos momentos con CiU". Sánchez-Camacho solicitará a Rajoy una entrevista bilateral para consensuar los pasos que el PP debería dar en Cataluña durante los próximos meses, sobre todo en lo referente a un nuevo acuerdo de financiación. El PP catalán ya ha presentado un documento que propone un "sistema fiscal singular para Cataluña".