Cataluña

Bienvenidos los sultanes a cambio de dinero

Francisco marco

Mientras que el Gobierno de España acelera los permisos de residencia para los extranjeros que adquieren propiedades inmobiliarias en España, la Oficina de Cambios de Marruecos ha emitido un comunicado a sus ciudadanos advirtiéndoles que no pueden comprar bienes inmuebles fuera de su país sin su autorización previa que, obviamente, se concede muy excepcionalmente.

Los ciudadanos alauitas ya creían que, además, de viajar a nuestro país, de abrir sus cuentas bancarias para obtener tarjetas de crédito (ya que los plásticos marroquíes sólo se pueden usar dentro de Marruecos) y de domiciliar sus compras de Internet en España para eludir los controles absolutistas marroquíes, ahora podrían convertirse en propietarios de viviendas y, así, de paso obtener un visado español que con el marchamo Schengen les permitiría viajar con total libertad por toda Europa.

Este problema, que puede parecer una mera estrategia política del reino africano, es mucho más acuciante. Lo que la Oficina de Cambios de Marruecos pretende es evitar es una fuga importante de capitales hacia España.

Al leer la noticia he pensado que ¡por fin alguien quiere traer su dinero a España! Pero si profundizamos en los datos, la fuga de capitales en Marruecos se estima, según datos publicados por el periódico marroquí Akhbar al Youm en 30.800 millones de euros distribuidos entre Suiza y Reino Unido, principalmente. Y, es que ya se sabe, mientras España busca dirhams marroquíes ofreciendo la nacionalidad, la City y Zúrich recibe, en euros y dólares, el producto de las grandes fortunas. Una vez más, nos conformamos con las migajas.

Pero qué razón tienen aquellos que cacarean que la economía es circular. El nombre al-Ándalus, referido a la Península Ibérica, aparece documentado por primera vez en una moneda conservada en el Museo Arqueológico Nacional de España y datada en el año 716, pocos años después de la conquista musulmana de la Península Ibérica. En esa moneda aparece el término latino Span, que correspondería a Spania junto con el término árabe al-Ándalus. Y es, precisamente, la moneda lo que busca el actual Gobierno de España para dar salida al enorme stock de ladrillo inmovilizado.

Por suerte, ya no será necesario un proceso histórico como la reconquista porque el propio Gobierno marroquí es el que evitará la regularización masiva desde el Norte de África y asegurarse que el dinero no sale de sus fronteras mientras la fuga de capitales desde España es cada día más acuciante

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