
Cataluña tiene que recortar 4.000 millones de euros en los Presupuestos de 2013 para cuadrar las cuentas con un déficit del 0,7 por ciento, tal y como exige el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Para lograrlo, la Generalitat aumentará los impuestos y creará nuevas figuras tributarias. El objetivo es lograr unos ingresos adicionales de 1.000 millones, lo que, de cumplir con las directrices de Montoro, supondrá que los catalanes sólo deban asumir recortes adicionales por valor de 3.000 millones.
El conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, aseguró ayer que "cualquier euro que no consigamos por el lado de los ingresos lo tendremos que conseguir por el del gasto, haciendo daño por el lado del gasto". Es precisamente ese daño el que quiere evitar ERC, por lo que los republicanos están obligando a CiU a incrementar todos aquellos impuestos que son recaudados por la Generalitat.
"Nos están abocando a una situación en la que el criterio de si se aumenta o no un impuesto dependerá de si se tendrá o no capacidad recaudatoria, y ésta no es la manera ideal de hacer política fiscal", afirmó Mas-Colell en referencia al Gobierno central, aunque su frase podría aplicarse a sus socios de gobierno republicanos.
También reconoció que la necesidad de aumentar la recaudación de las finanzas públicas prima sobre "las opciones ideológicas" del Gobierno autonómico.
El conseller se quejó de que la Generalitat de Cataluña tiene poco margen de decisión sobre su política fiscal, ya que la necesidad de incrementar los ingresos la aboca a aumentar o crear nuevos impuestos. Para Mas-Colell, 2013 será un año "duro" y "difícil", en el que el Gobierno catalán no tendrá "más remedio" que cuadrar los números "actuando por todos los lados y sin demasiada elección con respecto a las opciones posibles".
Negociar el objetivo de déficit
Todas las apreturas anunciadas por Mas-Colell serían más llevaderas si el Gobierno aceptara una modificación al alza del objetivo de déficit. Ayer, en una de las primeras reuniones para desarrollar el acuerdo parlamentario entre CiU y ERC, ambas formaciones pactaron presionar al Gobierno de Madrid para que flexibilice el déficit del 0,7 al 1,5 por ciento.
"Hemos de hacer política prudencial e ir hacia el equilibrio fiscal de una forma racional, a un ritmo más suave y sostenible", porque hay de plazo hasta 2020, argumentó Mas-Colell, que llevará de nuevo la propuesta al primer Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del año, aún no convocado. "Han caído los ingresos y eso no es culpa de Cataluña, y la organización estatal condiciona la estructura de costes de la Generalitat", añadió.
Más allá fue el secretario general de CDC, Oriol Pujol, que aseguró que tiene información de que la Unión Europea flexibilizará en abril de nuevo el déficit para España y señaló que, cuando ocurra, Cataluña debe beneficiarse de esa medida. Según afirmó, una relajación del déficit hasta el 1,5 por ciento equivaldría a 1.600 millones, "lo que significarían menos ajustes, recortes y presión fiscal".
En cuanto al déficit en las cuentas catalanas de 2012 (que debía ser del 1,5 por ciento), Mas-Colell aseguró que la Generalitat en los últimos años ha hecho enormes esfuerzos para reducirlo y que el objetivo de 2012 se ha rebasado "algunas décimas".
Respecto a los presupuestos de este año, el conseller se mostró confiado en poder presentarlos al Parlamento catalán durante el mes de marzo. En esas cuentas, explicó que, dependiendo del objetivo del déficit, habrá unas medidas u otras, pero en cualquier caso el sector público se verá afectado y "todos los niveles se tendrán que sentar y dialogar internamente". Mas-Colell no quiso entrar en si el Gobierno catalán apuesta por los ajustes de plantilla (a través de despidos de unos 20.000 interinos) u opta por una rebaja salarial generalizada entre los 230.000 funcionarios con que cuenta Cataluña.