Nissan explicó ayer las consecuencias laborales que tendría la no adjudicación de la producción de un nuevo turismo de la marca japonesa a la factoría de la Zona Franca de Barcelona.
Según adelantó el director de recursos humanos de Nissan Motor Ibérica, Antonio Lasaga, "en 2014, con la finalización de la producción de los modelos Pathfinder, Navara y Primastar-Traffic-Vivaro, se producirá un descenso de las necesidades de personal que supondría aplicar un ERE temporal de seis meses para unos 750 ó 800 empleados". Este sobrante podría reabsorberse parcialmente en 2015, pero "habría que despedir entre 150 y 200 trabajadores que no podríamos recolocar en la fábrica".
Para que estas dos medidas no tengan que llevarse a cabo, Nissan ofrece fabricar a partir de 2015 unas 85.000 unidades anuales de nuevo turismo del segmento C (tipo Volkswagen Golf). A cambio de recibir este vehículo, los sindicatos deben acordar una reducción de costes salariales. La multinacional exige a los sindicatos que acepten la introducción de una doble escala salarial permanente para los nuevos contratados. La llegada del nuevo modelo comportaría la inversión de 130 millones en la planta y la creación de 1.000 nuevos empleos directos, además de otros 3.000 empleos indirectos en las empresas proveedoras.
Las negociaciones entre Nissan y los sindicatos están encalladas desde el pasado 21 de diciembre por las discrepancias en torno a la doble escala salarial. El sindicato CCOO es el que más reticencias tiene a las condiciones que exige la multinacional. Nissan argumenta que la planta de la Zona Franca es la más cara del sector en España y que los costes salariales son un problema, dado que el empleado medio cobra 32.700 euros. La dirección quiere que las nuevas incorporaciones reciban un salario inicial de 19.900 euros y que tengan un salario máximo en siete años de 29.900 euros.