
El indulto es una prerrogativa que ostenta el Rey por la que perdona la pena a un condenado por la justicia. Puede perdonar la totalidad de la pena o una parte de la misma.
Esta prerrogativa real viene amparada por una ley promulgada en junio de 1870. En la actualidad el Rey la ostenta, pero como quiera que tenemos una monarquía constitucional, es el Gobierno quien realmente lo concede y el monarca se limita a darse por enterado.
En estos últimos años democráticos todos los gobiernos han concedido indultos, el que menos el Gobierno de Suarez y el que más, el gobierno de Aznar, pero todos ellos en cantidades alarmantes.
Durante el año que finaliza se han concedido 486 indultos y la mayoría de ellos a funcionarios públicos condenados por la justicia por sentencias firmes, es decir no recurribles a instancias superiores.
Todos somos conocedores de situaciones concretas, condenas a personas que por cualquier circunstancia, es especial el largo tiempo transcurrido entre la comisión del delito y el cumplimiento de la pena, devienen injustas. El caso más sintomático es el pequeño traficante que en su juventud delinquió y entonces se condenaba su delito a penas elevadas y con el transcurso de los años, creó una familia y se integró totalmente en la sociedad y al cabo de diez o doce años de la comisión de aquel delito debe cumplir una pena de varios años. En este caso es comprensible el indulto.
Pero la mayoría de ellos recaen sobre funcionarios públicos, confesos y condenados por todos los juzgados y tribunales que han visto su causa y a pesar de ello, burlando la ley y vulnerando cualquier norma, el Gobierno de turno ejerciendo el corporativismo arbitrario al que nos tiene acostumbrados la clase política, indulta a personas que merecían cumplir la pena como cualquier otro condenado.
Uno de los escándalos más sonados derivados de un indulto lo han provocado cuatro Mossos d'Esquadra condenados en todas las instancias por detención ilegal y malos tratos. A pesar de negarles el indulto el Tribunal Superior de Cataluña, el Gobierno los indulta por presiones de la Generalitat. Ello ha provocado una carta firmada por 200 magistrados indignados porque el Gobierno se rie de la Justicia, de los Tribunales y de los jueces. También se ha indultado a un Alcalde y varios concejales del PP condenados por prevaricar y a dos altos cargos de Unió condenados por corrupción, así como a un alto ejecutivo del Banco de Santander ya que de otro modo se le inhabilitaba para ejercer su alto cargo.
A la vista de la ejemplaridad con la que actúa nuestro ejecutivo en el momento de conceder cualquier indulto, sería conveniente acotar su derecho y limitarlo debidamente con el fin de que debiera cumplir diversos filtros antes de indultar o conceder el derecho de gracia, como también se le llama. Un ejemplo más para evidenciar que nuestra democracia se halla en una etapa inicial.