
Nissan enseñó ayer las cartas que tiene la factoría de Barcelona para optar a la fabricación de un nuevo vehículo y, de esta forma, garantizar su futuro. El desencadenante del anuncio fue la decisión de la multinacional japonesa de fabricar en su planta de Sunderland (Reino Unido) un nuevo modelo de la marca de lujo Infiniti a partir de 2015. Ese encargo impide que la fábrica inglesa asuma la producción de un nuevo turismo del segmento C (tipo Golf), y Nissan debe buscar otro centro de producción en Europa.
Ante esa coyuntura, ayer el consejero director general de Nissan Motor Ibérica, FrankTorres, anunció que Barcelona debe hacer un esfuerzo de reducción de costes para asumir esa producción. La oferta de Nissan es atractiva, ya que pone sobre la mesa la inversión de 130 millones de euros, la creación de 1.000 nuevos puestos de trabajo en la fábrica y de 3.000 en el sector auxiliar.
La contrapartida que pide Torres a los sindicatos de la factoría es que estos acepten una doble escala salarial, que supondría "establecer un salario de entrada para nuevos contratos de 19.000 euros con una progresión hasta 25.500 euros, que es un salario en la media del sector".
El comité de empresa ha negociado las condiciones durante seis meses y, por dos veces, ha rechazado esta oferta. Sin embargo, Nissan asegura que esta es la única forma de garantizar el futuro de la factoría de Barcelona y de los puestos de trabajo actuales.
Se perdería la producción de la X-83
La planta fabrica en la actualidad unas 80.000 unidades anuales de la furgoneta X-83, un vehículo comercial que, previsiblemente, dejará de producirse en los próximos años y que no tiene sustituto. La llegada del nuevo turismo podría compensar la pérdida de la furgoneta. SegúnTorres, su incorporación permitiría a la fábrica de Barcelona alcanzar una producción de 200.000 unidades anuales.
Para el directivo, un acuerdo con los sindicatos "no solo nos abriría las puertas a poder ser candidatos para nuevos modelos o volúmenes, sino que también nos permitiría resolver el problema estructural de costes de la Planta de Barcelona, que actualmente está en un 30 por ciento por encima de la media del sector". En su opinión, "las operaciones industriales de Nissan en España necesitan de inmediato un acuerdo que permita mandar un mensaje inequívoco al centro de toma de decisiones de Nissan en Japón de nuestra apuesta por la competitividad". Para el ejecutivo de Nissan, los sindicatos deben entender que "no nos podemos permitir no luchar por este coche. Especialmente teniendo en cuenta [...] la continua caída de las ventas de los vehículos comerciales ligeros".