Paso a paso, el grupo Mercer, propiedad del empresario Pedro Molina, se va configurando como cadena hotelera boutique. La compañía acaba de inaugurar un establecimiento de cinco estrellas en pleno barrio gótico de Barcelona tras invertir un total de 14 millones de euros. Este local se suma al Mercer Hotel Casa Toner i Güell en Vilafranca del Penedès (Barcelona) y al Mercer Boria BCN, ubicado en un palacete del siglo XVIII en una de las mejores zonas de la capital catalana.
A diferencia de los otros dos locales con los que cuenta, en el Mercer Barcelona, considerado el buque insignia de la compañía, también han participado otros dos inversores. Según explica el presidente de la compañía, Pedro Molina, "en el sector puede parecer que no sea demasiado rentable operar con hoteles pequeños, pero ésta es nuestra filosofía", indica. No obstante, acaba de comprar el inmueble contiguo al Mercer, "lo que hace que pueda aumentar el número de habitaciones y su rentabilidad".
Aunque todavía no tienen fecha de construcción, el grupo cuenta con otros tres edificios en los que quiere también levantar hoteles. Estos inmuebles se ubican en las ciudades de Córdoba, Sevilla y Alella (Barcelona). Los ubicados en las ciudades andaluzas están cerca de los principales monumentos. En el hotel de Alella, van a proyectar un hotel similar a los de la Toscana. Según asegura Molina, está pendiente de que se aclare la actual situación económica para decidirse a desencallar sus proyectos hoteleros.
Para poner en marcha la cadena, Molina se inspiró en el hotel Mercer del Soho de Nueva York, del que es un habitual en sus visitas a la ciudad norteamericana.
Trabas a la apertura
La peculiaridad del exclusivo hotel en pleno corazón de Barcelona, de cinco estrellas gran lujo y calificado como monumento, es que cuenta con tan sólo veintiocho habitaciones y que recupera un patrimonio de gran valor histórico para la ciudad. El inmueble integra parte de la muralla romana de Barcino, incluidos restos que datan del siglo I d.C. De hecho, según explica el director del hotel de la capital catalana, Francesc Holgado, la compañía "se caracteriza por ubicar sus establecimientos en edificios de interés cultural, patrimonial y artístico en los centros históricos de las ciudades".
Las habitaciones del Mercer Barcelona están distribuidas en las tres plantas del edificio y conservan la altura de sus techos y las vigas de madera originales. En línea con la sensación de amplitud que brindan el hall y el lobby, la habitación estándar más pequeña ronda los treinta metros cuadrados.
El presidente de Mercer Hoteles cree que existen demasiadas trabas a la apertura de hoteles y reclama apoyo de la administración tanto en temas de limpieza y seguridad para no penalizar el turismo, como en la eliminación esas barreras, que ejemplifica con su caso, ya que el hotel estuvo tres años en trámites urbanísticos. Molina compró la finca en 2003, estuvo en trámites urbanísticos entre 2005 y 2008, y en obras desde 2009 a este año, y ahora tiene una nueva traba: no puede ampliarse con el edificio contiguo, en el número 9 de la calle Lledó, porque el Plan de Usos no permite ampliaciones, y de momento se ha limitado a rehabilitar la fachada.