La Seda de Barcelona ha decidido poner a la venta todos los activos ligados al negocio petroquímico (relacionados con la elaboración de plásticos PET, MEG y PTA) para lograr liquidez y así garantizar la continuidad de la empresa. Según explicó ayer el presidente de la química, Carlos Moreira da Silva, el fracaso de la ampliación de capital por valor de 40 millones de euros, que la compañía puso en marcha antes del verano, ha hecho variar los planes de la sociedad.
Hasta ahora, La Seda buscaba un "socio estratégico minoritario" para que entrase a formar parte de su filial petroquímica, mientras que el negocio de envases de plástico quedaría en manos de la empresa que preside Moreira. Sin embargo, ante las dificultades de financiación y el fracaso de la ampliación de capital, ahora el equipo directivo también se planeta vender activos petroquímicos de forma individual, siempre y cuando no se llegue a un acuerdo con un único socio.
Tras la junta de accionistas extraordinaria que se celebró ayer en Barcelona, Moreira reconoció que existen muchas "dificultades para vender activos en España, Italia, Grecia y Portugal", por lo que la venta de la fábrica que La Seda tiene en Turquía es la opción más probable. Esa planta está trabajando al cien por cien de su capacidad y la economía turca mantiene un elevado crecimiento del PIB.
Pese a las dificultades financieras que atraviesa La Seda, Moreira indicó que la empresa "está en condiciones de continuar" y se mostró confiado en que las ventas previstas se resolverán durante los primeros meses de 2013. Estas operaciones generarán liquidez a la empresa, pero previsiblemente se realizarán por debajo de su precio en balance, por lo que se deberán contabilizar minusvalías y un consiguiente aumento de las pérdidas del grupo. Moreira descartó que la compañía pueda volver a los beneficios el año que viene, tal y como tenía previsto. "La situación deprimida de los mercados en Europa y la fortaleza del euro hacen muy difícil volver a la rentabilidad", aseguró.
En la actualidad, la planta de plástico PET de La Seda en El Prat (Barcelona) trabaja al 70 por ciento de su capacidad, frente al 50 por ciento de la de Saint Giorgio (Italia), y al 100 por cien de las de Turquía y Grecia. Moreira descartó ayer hacer nuevos ajustes de plantilla (el último fue en marzo) y se mostró confiado en que no habrá necesidad de reducir más capacidad en la planta de El Prat.
Por el contrario, la división de envases de plástico sigue teniendo una evolución positiva y "ganamos cuota de mercado entre las grandes marcas", señaló Moreira.