La entrega del Premio Planeta de novela en Barcelona sirvió para poner de manifiesto la mala relación que existe entre el Gobierno del Estado y la Generalitat de Cataluña.
El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, compartieron la mesa presidencial con el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, pero se les vio a disgusto. Fue la primera vez que Wert y Mas coincidían desde que el titular de Educación abogó en el Congreso por "españolizar" la educación catalana, lo que provocó la reacción del presidente catalán. Mas aseguró que en Cataluña se explica la historia de España como la de un estado plural y no como "una, grande y libre" que es lo que desea el Gobierno. En respuesta a esta declaración, Wert afirmó que Mas había dicho una "bobada".
En la mesa, José Manuel Lara intentó mediar entre ambos políticos, pero, según fuentes políticas, "con poco éxito". El empresario ha dicho abiertamente que en el caso de una Cataluña independiente tendría que llevarse las editoriales en español de la compañía a otro lugar de España. Sin embargo, ha pedido al Gobierno y a la Generalitat que limen las diferencias que se han generado desde que en septiembre Mas decidió emprender la vía soberanista para Cataluña. En su opinión, "la independencia es un mal irreparable para unos y otros". Por eso les recomendó diálogo. "Si en una casa hay cuatro hermanos y uno se siente maltratado, siéntense a hablar, porque, si no, se irá de casa", aseguró el presidente de Planeta.
Por su parte, Mas considera que esta es la opinión de Lara y "se la respeto", pero entiende que la mayoría de los empresarios catalanes están a favor de la senda de la autodeterminación de Cataluña. Por si acaso, la Generalitat ha emprendido una campaña para tranquilizar a los empresarios sobre los peligros de la independencia que desde el Gobierno del Estado y desde algunas patronales catalanas como Fomento del Trabajo, el Círculo de Economía o el Círculo Ecuestre se vienen manifestando. Las declaraciones de Mas en las que admitía que Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea en caso de secesión han reforzado el temor entre el empresariado catalán.
En esta dinámica de lucha por la simpatía de los empresarios, ayer el portavoz del Govern, Francesc Homs, culpó al Gobierno de las "penurias" del impago a las farmacias de Cataluña, a las que la Generalitat aún no les ha abonado la factura de medicamentos del mes de julio por valor de 180 millones.
