Cataluña

Mas sale del 'Parlament' con su 'pacto fiscal' bajo el brazo

El 'president' de la Generalitat ayer saliendo del 'Parlament' de Cataluña. L.M.

El Parlament de Cataluña dio ayer luz verde por mayoría a la propuesta de pacto fiscal que presentó a la cámara el presidente de la Generalitat Artur Mas. CiU ganó la votación con el apoyo del ERC e ICV-EUiA, la abstención del PSC y los votos en contra de PP, Ciutadans (C's) y el grupo Solidaritat Catalana per la Independència.

La propuesta aprobada ayer permitiría a Cataluña dotarse de un modelo de financiación similar al concierto económico, donde el responsable de recaudar todos los impuestos es el gobierno autonómico y, posteriormente, este acuerda una liquidación con el Estado por los servicios prestados. Este pago se acordará de manera bilateral y la cuota que se revisará cada cinco años. Este modelo también limita la solidaridad catalana con el resto de comunidades autónomas de forma que Cataluña no pueda percibir del Estado menos dinero del que perciben las comunidades autónomas que reciben esos recursos solidarios.

Ahora el Gobierno catalán, con el mandato parlamentario bajo el brazo, deberá llevar la propuesta al Congreso de los Diputados donde el PP, que cuenta con mayoría absoluta, muy probablemente lo rechazará. El documento del Parlament establece que la negociación con el Estado debe iniciarse a lo largo de este año 2012.

"El pacto fiscal es la respuesta a casi todos los problemas, necesidades y retos actuales". Así de contundente se mostró el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en el pleno extraordinario que se celebró ayer en el Parlamento.

Antes de las votaciones, Mas defendió la necesidad de este modelo de financiación para conseguir el equilibrio presupuestario, ya que "sólo con la mitad del pacto fiscal, Cataluña tendría déficit cero y además le sobraría dinero para no tener que acometer los ajustes que se están llevando a cabo", aseguró.

El president afirmó que el pacto fiscal es necesario e imprescindible para Cataluña pese al actual contexto económico en el que los mercados miran con desconfianza hacia España. En este sentido, argumentó que el pacto fiscal "no es un capricho ni una queja oportunista sino que se trata de una necesidad con mayúsculas".

La llave de la caja

El nuevo sistema de financiación aprobado ayer por el Parlament estipula que la Agencia Tributaria de Cataluña, bajo la tutela de la Generalitat, tenga el control absoluto en la gestión de los impuestos que pagan los catalanes. "La gestión tributaria (exacción, gestión, recaudación, liquidación, revisión, sanción e inspección) de todos los tributos soportados en Cataluña tiene que corresponder a la Agencia Tributaria de Cataluña, que será la única administración responsable", apunta el documento.

Mas defendió ayer la plena capacidad de Cataluña para gestionarse, pero garantizó que la agencia tributaria autonómica no estará "cerrada ni aislada" del exterior, sino que debe ser una agencia que llegue a acuerdos con la del Estado central.

Este fue el punto más polémico de todo el documento y el único que no contó con el voto afirmativo del PSC, que otorgó su apoyo en la mayoría de los puntos. Los socialistas catalanes, que estuvieron negociando hasta el último minuto con CIU, defienden la creación de una caja consorciada entre la hacienda catalana y la del Estado. Según el PSC, el modelo de hacienda única está fuera del Estatut.

Ante la imposibilidad de lograr un acuerdo, el PSC se abstuvo. El socialista Ernest Maragall, hermano del expresident Pasqual Maragall y exconseller, rompió la disciplina de voto socialista y votó a favor de todo el documento. De igual manera lo hizo el diputado no adscrito, Joan Laporta, expresidente del Fútbol Club Barcelona.

La diputada y responsable de los asuntos económicos del PSC, Rocío Martínez-Sampere, reprochó al president que en plena crisis ha centrado toda la legislatura en la defensa de que el pacto fiscal es la piedra angular para salir de esta situación, y le avisó: "El pacto fiscal ha sido excusa para todo, pero ahora esta excusa se ha acabado".

Por su parte, el PP catalán (PPC) decidió abstenerse en la mayoría de los puntos del documento, pero votó contra la creación de una agencia tributaria catalana única. La líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, reclamó a Mas que no lleve a los catalanes a la "frustración" con una propuesta de pacto fiscal inviable que no pueda ser aceptada por el Gobierno de Mariano Rajoy. "Si puede generar un camino desconocido que conlleve más problemas que soluciones es su responsabilidad decírselo a los catalanes", advirtió la dirigente popular, que subrayó que Mas no puede presentar la nueva financiación como la solución a todos los males de Cataluña.

Los grupos minoritarios Ciutadans (C's) y Solidaritat Catalana per la Independència (SI) se mostraron claramente contrarios al pacto fiscal. El primero porque considera que es un callejón sin salida, mientras que SI justifica su rechazo por lo alejada que queda la medida del objetivo principal del partido, la independencia de Cataluña.

Junto a CiU se alinearon ayer ICV-EUiA y ERC, que previamente habían pactado el redactado del documento final sobre el pacto fiscal que aprobó el Parlament. El nuevo redactado vincula el pacto fiscal al principio de progresividad fiscal en el sistema impositivo catalán y a la lealtad institucional tanto entre el Estado y la Generalitat como entre la Generalitat y los ayuntamientos y otros entes locales. ERC reivindicó que hace "veinte años" que reclama para Cataluña un modelo de financiación equiparable al vasco, y celebró que finalmente el pacto fiscal que se aprobó se inspira en el sistema de Euskadi. El portavoz del partido en la cámara catalana, Joan Puigcercós, también avisó al presidente de la Generalitat que para su partido la "estación final" es la independencia de Cataluña.

El líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, defendió la necesidad del pacto fiscal y más ahora en plena crisis, aunque reclamó al ejecutivo de Artur Mas que asocie la mejora de la financiación catalana a garantizar las políticas del Estado de Bienestar, además de urgir a un pacto social. Según Herrera, un modelo de financiación más justo ayudaría a superar la crisis, pero dejó claro que no permitiría realizar todo lo que hay que hacer si el gobierno autonómico no apuesta por "redistribuir y reorientar" sus políticas.

Mas niega el 'rescate'

La aprobación del pacto fiscal se produjo justo un día después de que la Generalitat revelase que se acogerá al fondo de liquidez autonómico, considerado de hecho como un rescate. Ayer, Mas aseguró que Cataluña no será intervenida por el Estado y que antes de que ello ocurriera, en la economía española "pasarían muchas otras cosas".

El president dejó claro que no es lo mismo acceder al fondo que ser rescatado: "Hay un gran camino entre acceder al fondo de liquidez y que Montoro mande en Cataluña". "Esto no pasará. No pasará porque si pasase, el Estado español entraría en una fase mucho más complicada de la que está", alertó. En su opinión, entra en la lógica del sistema autonómico que las comunidades, ante la imposibilidad de vender deuda pública en los mercados internacionales, recurran a mecanismos para poder afrontar los pagos.

Mas recalcó que, oficialmente, Cataluña aún no ha pedido participar en el fondo de liquidez y que si lo hace, en ningún caso es un rescate.

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