A pesar que en 2011 la economía catalana experimentó un crecimiento moderado del 0,7 por ciento gracias al buen comportamiento del sector exterior, la ocupación retrocedió un 1,9 por ciento y la tasa de desempleo se situó en un 19,6 por ciento.
"Para este año las previsiones de crecimiento no son muy esperanzadoras" ha señalado en la presentación de la memoria socioeconómica y laboral de Cataluña 2011 el presidente del Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña (CTESC), Josep Maria Rañé. Tal y como ha indicado Rañé, el PIB catalán puede contraerse este año entre un 1,5 y un 2 por ciento.
La elevada tasa de paro y las restricciones de crédito dificultan el crecimiento de la demanda nacional, que el año pasado bajó un 1,8 por ciento. En la otra cara de la moneda se situaron las ventas al exterior, que aumentaron un 7,5 por ciento mientras que las importaciones bajaron un 2,7 por ciento. En 2011 el superávit del saldo comercial con el extranjero fue de 3.820 millones de euros. Pero este dato positivo no será suficiente este año para mantener el crecimiento de la economía ya que el sector exterior representa tan solo el 30 por ciento del PIB catalán.
La desconfianza internacional en nuestra capacidad de reducir el déficit público y de hacer frente al endeudamiento son incertezas que repercuten negativamente en la coyuntura económica de Cataluña. A pesar de que se prevé un aumento de la población desempleada, bajará la tasa de cobertura de las prestaciones del paro. El gasto presupuestario de la Generalitat en políticas activas de ocupación bajó un 16,2 por ciento en 2011, lo que se ha traducido en una reducción del 6,8 por ciento de las personas beneficiarias y una reducción del 76,4 por ciento de la tasa de cobertura.
Contexto de la población
El año pasado la población aumentó un 0,3 por ciento y hubo 7 millones y medio de personas empadronadas. Una tendencia que se está observando es que continúa el descenso de personas empadronadas extranjeras, que en 2011 se redujo en 1.945 personas mientras que las concesiones de nacionalidad española se incrementan.
La población catalana residente en el extranjero aumentó en 2011 un 9,3 por ciento, que se traduce en 170.909 personas, 14.509 más que en el 2010.
El incremento de las situaciones de vulnerabilidad amenazan la cohesión social y las condiciones de la infancia son las que más preocupan.