La Comisión Europea dio luz verde ayer a la adquisición de Banco CAM (segregado de la Caja de Ahorros del Mediterráneo) por parte de Banco Sabadell. Europa autoriza el sistema de protección de activos diseñado por el Banco de España, que garantiza la cobertura de pérdidas por valor del 80 por ciento de los 24.000 millones que la entidad podría llegar a perder en diez años. Sin embargo, la propia Comisión estima que la pérdida será de entre 7.000 millones y 8.000 millones de euros, cifra que ayer Oliu aseguró que "será menor".
La compra se hará efectiva la próxima semana, una vez que el Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito aporte 2.449 millones a la entidad, tal y como tenía comprometido. Como contrapartida, el Sabadell deberá realizar una reducción de plantilla de 2.200 personas y cerrar 450 oficinas. La entidad hará el ajuste a través de un ERE en la plantilla de Banco CAM.
Capote a Ordóñez
El presidente de Banco Sabadell lanzó ayer un capote al gbernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, al asegurar que los responsables de la burbuja inmobiliaria y del colapso actual del mercado bancario son las personas que "gestionaron el sector entre 2003 y 2007". En su opinión, la situación actual del sector bancario es resultado de la gestión de las personas que dirigían las cajas de ahorros y de la persona encargada de regular estas entidades. Aunque no mencionó su nombre, el gobernador del Banco de España entre 2003 y 2006 fue Jaime Caruana, que fue sustituido por Fernández Ordóñez. La visión de Oliu coincide con la de los inspectores del Banco de España, que el 26 de mayo de 2006 enviaron al Ministerio de Economía una carta en al que advertían de que se estaba produciendo una burbuja inmobiliaria en el sistema financiero español de peligrosas consecuencias.
El presidente del Sabadell afirmó que "Ordóñez ha actuado haciendo lo que le correspondía dados los parámetros que tenía el entorno" y defendió la actuación del Banco de España durante una crisis "que parecía que iba a durar entre tres y cinco años y que ahora no sabemos si durará incluso diez".
Oliu también lanzó un advertencia al Gobierno y al exceso de celo que puede aplicarse en el sector bancario tras la nacionalización de Bankia. "Hay que recordar que aumentar los requerimientos de capital provoca una contracción inmediata del crédito y eso afecta directamente a la economía productiva", afirmó.