La reelección, por duodécima vez, de Josep Antoni Duran i Lleida como presidente del comité de gobierno de Unió Democrática de Catalunya confirma a este político como la auténtica ancla del nacionalismo catalán en el Estado español.
Su permanencia al frente de Unió garantiza la centralidad de CiU en el panorama electoral catalán, un lugar que ansía el PP desde hace años y en el que difícilmente podrá entrar mientras Duran exista.
CiU es una coalición electoral formada por Convergéncia (CDC) i Unió (UDC). Simplificándolo todo mucho, CDC es el ala más nacionalista de la coalición. Su secretario general es Oriol Pujol, hijo del ex president Jordi Pujol, que ha declarado públicamente que es partidario de la independencia de Cataluña. Artur Mas, presidente de la Generalitat y de CDC, nunca ha dicho que sea independentista, pero evidentemente tampoco le hace ascos a lo que defiende su secretario general.
En ese contexto, Duran aboga por la soberanía de Cataluña, pero dentro de una España confederal. Más allá de los matices de esta fórmula organizativa, lo cierto es que el presidente de Unió es muy consciente de que entre los catalanes la opción de independentista sólo la votarían, como mucho, el 45 por ciento de los electores. El resto quiere permanecer bajo el paraguas de España.
Por ese motivo, la aparición del alcalde de Vic (Barcelona), Josep Maria Vila d'Abadal, como alternativa a Duran i Lleida en el congreso del fin de semana hizo saltar las alarmas en CiU. Su opción independentista y renovadora encaja mucho más con los planteamientos de CDC que los del propio Duran, pero a la hora de la verdad únicamente pudo aglutinar al 20 por ciento de los compromisarios. Lo más llamativo fue el apoyo de CDC, y especialmente de Oriol Pujol, a Duran en el congreso. Se diría que los convergentes no pueden vivir sin él, ya que es el contrapunto que les impide acabar formando un gran frente independentista junto con ERC que les alejaría del centro político. Duran sabe que nunca le dejarán presidir la Generalitat, pero también que ahora su papel es imprescindible.
