
El sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de Cataluña ha perdido en el último año el 1,6 por ciento de sus cerca de 9.000 empresas, aunque afronta el futuro con optimismo, gracias a la confianza que las compañías tienen en sus propias capacidades y en que la demanda se mantenga.
Así lo constata la cuarta edición del "Barómetro del sector tecnológico" que un año más ha elaborado la Fundación Círculo Tecnológico de Cataluña (Ctecno), que preside el también director general de la Mobile World Capital, Ginés Alarcón.
Según este informe, Cataluña cuenta con un potente sector TIC, formado por unas 9.000 empresas, algo más de un 21% del total de toda España, y unos 67.000 trabajadores.
De 2010 a 2011, sin embargo, el sector ha sufrido una "pequeña contracción" del número de empresas, de aproximadamente el 1,6 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), debido a la crisis y a la fuerte competencia.
Alarcón ha restado importancia a este leve descenso y ha señalado que el sector TIC está resistiendo a las dificultades del momento y que "las empresas desaparecen incluso cuando las cosas van bien".
En 2009, esta caída fue mucho mayor, ya que Cataluña perdió con respecto al ejercicio anterior el 7,3 por ciento de sus empresas, pasando de 9.808 a 9.092, y un 5,5 por ciento de trabajadores, situándose en 67.500.
A pesar de ello, según el último informe de CTecno, las empresas tecnológicas catalanas ven el futuro "con cierto optimismo" y sitúan esta percepción en 5,3 puntos sobre 10, una nota superior a la de los años 2010 (5), 2009 (5,1) y 2008 (4,7).
Aún así, hay ciertas cuestiones que representan un "freno" para el desarrollo del sector, como son su "excesiva" atomización, por el gran número de empresas pequeñas que lo componen, y la falta de financiación privada.
El sector, no obstante, cuenta con algunos puntos a su favor, como profesionales bien formados, preparados para atender la demanda actual y futura, y su creciente apuesta por la exportación, sobre todo en países de América Latina y Asia.
Para tener una radiografía completa del ámbito TIC y evaluar su estado y evolución, los responsables del barómetro han elaborado también un análisis DAFO del sector, examinando sus características internas (debilidades y fortalezas) y su situación externa (amenazas y oportunidades.
En cuanto a puntos fuertes, el sector tecnológico cuenta con talento profesional y un "excelente" entorno universitario, así como con la capacidad de atracción que le otorga la marca Barcelona y el notable desarrollo tecnológico de la sociedad catalana.
Las principales debilidades, por contra, son algunas carencias formativas, la necesidad de una mayor interacción entre empresas, universidades y centros de investigación, la exigencia de un mayor nivel de internacionalización, que a pesar de que ha crecido sigue siendo "relativamente bajo", la ausencia de empresas tractoras y también cierta falta de autoconfianza.
Son también varias las amenazas que pueden lastrar el crecimiento del sector, como la dificultad, en tiempos de crisis, de atraer el talento necesario, la constricción de la demanda, el clima de incertidumbre actual o el recelo de algunos empresarios a internacionalizarse por temor a perder autonomía o la capacidad de gestión de la empresa.
Pero frente a estas debilidades y amenazas son también muchas las oportunidades que tienen las firmas TIC para seguir creciendo a pesar del actual contexto económico.
Así, el sector puede mejorar en el terreno profesional, promoviendo el conocimiento de idiomas y la movilidad de los trabajadores, puede apostar por el impulso de proyectos cooperativos, puede impulsar la exportación y la especialización y puede crecer en campos como la energía, las telecomunicaciones, la impresión en tres dimensiones, la seguridad de las comunicaciones, la electrónica, las ciudades inteligentes o el "cloud computing" -computación en la nube-.
El hecho de que Barcelona sea capital del Mobile World Congress representa asimismo una oportunidad para el sector y abre la puerta a la implantación de nuevas empresas en el territorio.
Ginés Alarcón ha subrayado que por todo ello las empresas catalanas tienen una visión optimista del futuro, que se basa no sólo en la confianza en sus propias capacidades, sino también en la certeza de que "la demanda continuará existiendo".