Los planes de crecimiento del aeropuerto londinense enfrentan a la alcaldía y el grupo de infraestructuras
Mientras en España sobran aeropuertos infrautilizados, el Departamento de Transporte británico hace meses que ha abierto el debate público sobre la imperiosa necesidad de ampliar la capacidad de los principales aeródromos de Londres. Tras la crecientes dificultades de BAA, participada por Ferrovial en el 49,9 por ciento, para seguir controlando los activos que gestiona en el Reino Unido, los problemas se han trasladado encima de la mesa de Abertis Infraestructuras.
El grupo de infraestructuras catalán explota desde 1998 la concesión del aeropuerto de Luton a través de la subsidiaria London Luton Airport Operations, en la que controla el 90 por ciento del capital en compañía de Aena Internacional (10 por ciento restante).
En los catorce años transcurridos bajo la batuta de Abertis Infraestructuras el aeropuerto ha pasado de 3,4 a 10 millones de pasajeros, convirtiéndose en el quinto más transitado del país y en el cuarto de Londres tras Heathrow, Gatwick y Stansted. Pero a pesar de haber sido el aeródromo de mayor crecimiento durante 2011, la alcaldía de Luton, su propietaria, no está satisfecha, y ha desarrollado planes de crecimiento unilaterales para alcanzar 18 millones de pasajeros al año, un volumen que Abertis considera inviable con los cambios técnicos que se quieren introducir en las instalaciones.
La colusión de intereses amenaza con hacer saltar por los aires la concesión, que la alcaldía estaría dispuesta a recuperar recurriendo a las cláusulas de salvaguardia que figuran en el contrato suscrito. Abertis Infraestructuras no quiere entrar a evaluar la compensación "sustancial" que tendría que percibir en concepto de lucro cesante, dado que la concesión expira en el ejercicio 2028, pero no considera disparatado hablar de 300 millones de libras esterlinas, el equivalente a 360 millones de euros al cambio actual.
El ayuntamiento de Luton está convencido de que aeropuerto puede competir con Stansted construyendo una nueva pista de aterrizaje e introduciendo modificaciones en sus instalaciones. Abertis considera que 275 vuelos diarios tendrían un elevado coste medioambiental y cuestiona que la inversión necesaria para acometer la ampliación se pueda recuperar antes de 2028.