El sector turístico catalán no quería oír ni hablar de aplicar una tasa turística en Cataluña que gravase las pernoctaciones, aunque la determinación del presidente catalán, Artur Mas, a implementarla ha llevado a distintos actores, entre ellos el Gremio de Hoteles de Barcelona, a sentarse a negociar.
De hecho, el entendimiento del sector hotelero y turístico con el Gobierno catalán para matizar algunos de los aspectos iniciales, como el gravamen máximo por persona en hoteles de cinco estrellas, ha sido de rebote, clave para que CiU y PP lograsen un acuerdo para tirar hacia delante los presupuestos catalanes para este año. El acuerdo con los hoteleros también ha llevado aminimizar la repercusión económica de lamedida, ya que la tasa se aprobará tras finalizar la temporada turística, en noviembre.
Reducción de la tasa
El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona y Derby Hoteles, Jordi Clos, ha sido uno de los que más ha trabajado para lograr un entendimiento.
"En un momento de crisis como el actual hemos actuado con responsabilidad y hemos sido solidarios", señala a elEconomista. Así, se ha entrevistado con el propio presidente Artur Mas, y con el consejero de Economía, Andreu Mas Colell, para lograr un acuerdo que tomara en consideración su postura. "No han sido negociaciones fáciles y hemos querido trabajar para una solución menos dolorosa para el sector", recalca.
Así, la tasa turística ha logrado reducirse de 3 a 2,5 euros porpersona en hoteles de cinco estrellas, gran lujo y cruceros, y de los 2 euros inicialmente proyectados para hoteles de cuatro estrellas se ha pasado a 1,25 euros en el caso de los hoteles de Barcelona y de 1 euro a los ubicados fuera de la capital catalana.
Para el resto de establecimientos, se ha fijado una tasa de 0,75 euros por noche en Barcelona y de 0,5 euros en el resto de Cataluña. El gravamen es inferior a la cantidad de 1 euro que establecía el proyecto de ley inicial.
Clos confía que su puesta en funcionamiento no provoque que alguien deje de viajar a Barcelona, aunque sí que los viajeros pueden optar por reservar hoteles de una categoría inferior a la prevista inicialmente. "Espero que el efecto sea más psicológico que real", apunta. No obstante, alerta de la paradoja que otras capitales europeas tengan tasas inferiores a la de Barcelona. "Si miramos a París, tiene una tasa de pernoctación por persona de 1,5 euros, con unos hoteles con precios tres veces superiores a los de Barcelona", matiza.
Tras los cambios, la tasa turística sólo puede afectar a un máximo de dos personas por alojamiento, lo que supone, por ejemplo, que las familias de más de dos miembros que compartan una habitación de hotel sólo pagarán la tasa dos veces. Además, se ha elevado hasta los 16 años la edad hasta la que se estará exento de pagar este impuesto, por los 12 años que establecía el proyecto de ley inicial.
De lo que se ingrese por la aplicación de la tarifa, un 70 por ciento irá a parar a las arcas de la Generalitat y un 30 por ciento a los municipios, que deberán destinarlo a promoción turística. Los hoteleros de la capital catalana ya han llegado a un acuerdo con el alcalde de la ciudad para que una parte de lo recaudado se destine a Turismo de Barcelona, el órgano para la promoción turística de la ciudad participado por el consistorio y la Cámara de Comercio de Barcelona presidido por Joan Gaspart.
Al margen del Gremio de Hoteles de Barcelona, otras instituciones se han sumado al acuerdo. Entre ellas, destaca la Confederación Empresarial de Hostelería, Restauración y Apartamentos turísticos de Catalunya, la Asociación Catalana de Agencias de Viaje o la Federación de Apartamentos turísticos de Barcelona.
El sector emitió un comunicado conjunto el pasado 21 de diciembre donde rechazaba lamedida por considerarla "injusta, irracional y arbitraria" ya que su aplicación resultaba "contraproducente y genera un auténtico agravio comparativo".