El proyecto supondría una inversión de 70 millones sólo en la primera fase
barcelona. La Asociación de Empresarios de L'Ametlla de Mar (Tarragona) ha decidido integrarse en la Coordinadora Anti Parque Eólico con el objetivo de frenar la construcción del primer parque eólico marino en la costa española. En su primera fase, este parque plantea la instalación de cuatro aerogeneradores a unos tres kilómetros de la costa de L'Ametlla. Cada molino, que sería capaz de generar 20 megawatios de potencia eléctrica, estaría anclado a 45 metros de profundidad y sobresaldría del nivel del agua 195 metros, con unas aspas de 75 metros.
Aunque el proyecto supondría una inversión inicial en su primera fase de 70 millones de euros, los empresarios del sector turístico y pesquero se oponen por los efectos negativos que generaría la instalación. La portavoz de la Coordinadora Anti Parque Eólico, Mayte Puell, asegura que los cuatro aerogeneradores que prevé el proyecto en la costa de esta localidad superarían en altura la Torre Agbar o la Sagrada Familia de Barcelona, por lo que su impacto visual sería muy alto desde la Playa de l'Alguer o desde el Paseo Marítimo de L'Ametlla donde se concentran los establecimientos turísticos de este municipio de 7.000 habitantes.
Sin embargo, Puell asegura que el impacto visual no es la principal causa de su oposición al proyecto, sino "los efectos medioambientales devastadores" que provocará en la costa. Al estar muy cerca de la reserva natural del Delta del Ebro, "hay un gran número de aves que pueden impactar contra los molinos, y los aerogeneradores destrozan el fondo marino", asegura.
Según el proyecto, la energía eléctrica se evacuaría a través de un cable submarino que conectarían con la cercana central nuclear de Vandellòs, algo que a juicio de Puell, "haría desaparecer la posidonia, con lo que los peces huirían". Además, "el ruido de los molinos se oirá desde el centro del pueblo, aunque no haga viento", afirma la portavoz de la coordinadora.
Ante estas informaciones, la Cofradía de Pescadores de L'Ametlla, una de las más importantes del sur de Tarragona, también se ha unido al rechazo del parque eólico marino. Los pescadores se mostraron inicialmente favorables al proyecto si se negociaban indemnizaciones por el descenso de capturas. Sin embargo, ante la oposición generaliza, han variado su postura. "Nos adherimos a la posición de los representantes del pueblo", aseguró Josep Tomás Margalef, secretario de la cofradía. También justificó su primera decisión asegurando que aún no habían estudiado el proyecto en profundidad.
Una tentación millonaria
El Ayuntamiento de L'Ametlla de Mar, cuyo alcalde es Andreu Martí de CiU, rechaza el proyecto de parque eólico marino, cuya construcción ya ha anunciado la Generalitat catalana, promovido por el Institut de Recerca en Energia de Catalunya (IREC). El alcalde cuenta con el apoyo de los siete concejales del equipo de gobierno (CiU), así como los seis de la oposición (PP, ERC y PSC).
En una moción aprobada por unanimidad, el ayuntamiento "rechaza la ubicación de la plataforma de ensayos eólicos marinos" porque por su gran impacto visual y paisajístico perturbará el modelo turístico y urbanístico sostenible del municipio. La Generalitat anunció el proyecto el 23 de diciembre y el alcalde de la localidad sostiene que hasta ese momento no supo con certeza que se instalaría que el parque marino frente a su municipio.
La tentación es muy alta, ya que junto al proyecto inicial de construcción de cuatro aerogeneradores con una inversión de 70 millones, se une una segunda fase que podría suponer otros 250 millones de inversión adicionales. La segunda fase del denominado proyecto Zéfir prevé instalar ocho molinos a unos 20 kilómetros de la costa, con una potencia de 50 megawatios de potencia eléctrica, instalados sobre plataformas flotantes. La construcción del parque eólico aseguraría un elevado pago de impuestos a L'Ametlla.