La crisis no ha acabado con la reputación de las principales ciudades españolas como centros de negocio. Según un reciente estudio de Cushman & Wakefield, Madrid y Barcelona siguen en el Top 10 de ciudades europeas idóneas para ubicar negocios.
Madrid ha subido del octavo al séptimo puesto en el ranking elaborado por esta compañía inmobiliaria, mientras que Barcelona ha bajado de la quinta a la sexta posición. España es el único país, además de Alemania, que logra colar más de una ciudad en la parte alta de la tabla.
Para Oriol Barrachina, socio director de Cushman & Wakefield en Barcelona, tiene mucho mérito haberlo conseguido ?con la que está cayendo en el sud de Europa a nivel macroeconómico?. El socio ha destacado también que la ciudad condal repite como la urbe con mejor calidad de vida de toda Europa, un factor en el que Madrid entra en el Top 5. Además, el estudio refleja que Barcelona y Madrid son dos de las cinco ciudades que más se esfuerzan por promoverse fuera de nuestras fronteras.
Barranchina ha remarcado también los puntos débiles que minan el atractivo internacional de las urbes españolas, como es su tradicional problema con las telecomunicaciones (barcelona descienda hasta el puesto 20 en este ranking concreto) o con el nivel de idiomas. Además, según Barrachina ?Todas las grandes empresas demandan la misma tipología de oficinas, situadas en edificios nuevos y modernos, pero nadie se atreve a construirlos?. Para el representante de Cushman &Wakefield en Barcelona, el problema es que ya no quedan oficinas de este tipo en stock en un momento en que la demanda se está recuperando, llegando a su media ?tradicional? de 300.000 metros anuales.
Barrachina afirma que las oficinas antiguas ya no tienen cabida en el mercado; anteriormente, éstas se reconvertían en espacios residenciales u hoteleros, pero ahora habría que esperar a que el ciclo ?cambie un poco? para que se solucione este ?pequeño problema?.
Cushman & Wakefield elabora el ranking ?European Cities Monitor? en colaboración con TNS recogiendo la opinión de 500 empresarios de 9 países distintos sobre 36 ciudades europeas. Los empresarios responden sobre 12 factores de decisión y también ponderan cuáles de estos factores les parecen más interesantes. Para los ejecutivos encuestados los factores de mayor peso a la hora de tomar la decisión de ubicar su sede son, por este orden: el fácil acceso a mercados (60 por ciento), una plantilla cualificada (53 por ciento), la calidad de las telecomunicaciones (52 por ciento), la calidad del transporte internacional (42 por ciento), relación calidad-precio de las oficinas (33 por ciento), coste laboral (32 por ciento), disponibilidad de espacio de oficinas (25%), nivel de idiomas (21 por ciento, clima político (20 por ciento), transporte urbano (20 por ciento), calidad de vida (16 por ciento) y contaminación (16 por ciento). De este modo, Londres, París y Frankfurt encabezan las primeras cuatro clasificaciones, lo que las encumbra a las primeras pociones de la general.
A pesar de sus discretos resultados en estas cuatro primeras clasificaciones, Barcelona y Madrid logran estar muy arriba en la clasificación general. Ello se explica, según Barrachina, porque la calidad de vida en nuestro país es algo muy apreciado a nivel internacional, y mientras sigamos manteniendo los mínimos indispensables en las demás categorías seguiremos siendo un destino de negocios atractivo.