Busca el sí de los socios al patrocinio de Qatar para registrar beneficios esta temporada.
La abultada deuda de 364 millones que la actual directiva del Fútbol Club Barcelona heredó de la era Laporta sigue ensombreciendo los éxitos que cosecha en el campo de juego. A pesar de obtener unos ingresos récord de 473 millones de euros y registrar un recorte del gasto cercano al 3 por ciento, el Barça obtuvo unas pérdidas de 9,3 millones la temporada 2010-2011, cerrada a 31 de junio, eso sí, muy lejos de los 80 millones de la anterior temporada que afloraron tras la reformulación de cuentas.
Uno de los factores que más ha dificultado que el Barça rozase el equilibrio ha sido los 44,2 millones de euros que ha debido de abonar por el traspaso de jugadores como Chygrynskiy y Zlatan Ibrahimovic, no amortizados por el club y vendidos por un precio menor al de su compra.
La actual directiva encabezada por Sandro Rossell quiere introducir cambios en los estatutos del club para poner un límite a su deuda, así como la obligatoriedad de cerrar el ejercicio en positivo, apuntó Faus. Asimismo, también precisó que en un escenario a tres años, "si nos movemos entorno a una facturación de 500 millones de euros, la deuda no debería superar los 250 millones".
Beneficios de 20 millones
El Barça ha presupuestado para este año unos beneficios de 20 millones para lo que resulta clave mantener el patrocinio de Qatar Foundation en su camiseta. Este acuerdo fue firmado el pasado diciembre y permitirá ingresar al club 30 millones anuales hasta 2016. No obstante, esa decisión debe ser sometida ahora a votación en la asamblea de socios que se celebrará el próximo 24 de septiembre. "No hay plan B, ni otros posibles sponsors. El Barça entraría en pérdidas si no hay apoyo", dijo Faus.
El club cree que con su abultada deuda no puede ejecutar por el momento obras de gran envergadura como la renovación del Camp Mou o del Palau Blaugrana, que necesitarían una inversión mínima de 300 millones de euros.
