El Gobierno catalán reniega ahora del traspaso de Cercanías. O al menos, de cara a la galería
La Generalitat, que vivió el traspaso del servicio ferroviario (hecho efectivo el 1 de enero de 2010) como un auténtico triunfo sobre el Gobierno, dice que se ha planteado devolverlo "por su mala gestión", según reconoció ayer el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell: el cambio de titularidad se ha hecho de forma virtual y mal.
La consejería de Territorio y Sostenibilidad, encargada de la gestión de Cercanías (bautizada ahora como Rodalies en Cataluña), cree que Fomento no está cumpliendo las condiciones que pactó con el anterior Gobierno de José Montilla, a mediados de 2009. El compromiso de Fomento era recibir una inversión gradual hasta 2015 de 4.000 millones así como realizar cambios en la ley Ferroviaria para que la Generalitat pudiese cambiar de operador (hasta ahora Renfe) si así lo decidía. Pese a las declaraciones de Mas Colell, el responsable de Territorio de la Generalitat, Lluís Recoder, negó que vaya a producirse la devolución del traspaso, siempre y cuando se cumplan las condiciones pactadas hace dos años.