La Generalitat, el Gobierno español y el Ayuntamiento de Barcelona aportarán 90 millones de euros entre 2013 y 2018 a razón de 15 millones anuales para lanzar los proyectos vinculados a la elección de Barcelona como capital mundial de la telefonía móvil (Mobile World Capital); toda esta actividad estará gestionada por una fundación con participación pública y privada que se ha constituido especialmente con este fin.
El capital inicial procede únicamente de fondos públicos, pero se espera que la aportación privada pueda alcanzar e incluso superar a la de las administraciones.
El impacto económico que recibirá Barcelona (y, por extensión, Cataluña y España) por convertirse en la primera capital de la telefonía es imponente: se ha cifrado en unos 3.500 millones de euros en seis años, y ello sin tener en cuenta el impacto indirecto. Esta oportunidad de crecimiento económico ha sido uno de los temas clave en la presentación oficial de la capitalidad de Barcelona, ya que, tal y como ha explicado Xavier Trias, alcalde de Barcelona, la idea es que la ciudad se convierta en un polo de desarrollo económico en el sud de Europa en tecnología móvil. Para Juan Junquera, secretario de estado de telecomunicaciones, la importancia económica radica, además de en el turismo "ingente" que se va a generar, en que ahora Barcelona es "imagen de un sector por el que el gobierno apuesta" y que "quiere que sea el segundo motor de la economía española".
Todos los participantes en la presentación ? entre los que se encontraban el presidente de la Generalitat, Artur Mas y el alcalde Xavier Trias- han destacado como ingrediente fundamental para explicar el éxito de la elección de Barcelona el trabajo colectivo de todas las administraciones públicas, independientemente del signo político, así como de instituciones como Fira de Barcelona, Turisme de Barcelona y la Cámara de Comercio de Barcelona.
Por su parte, Artur Mas ha hecho hincapié en la "inyección de moral" que supone esta designación en momentos de crisis como los actuales, y ha reiterado el valor del trabajo colectivo, que ha pasado por encima de "diferencias partidistas".
GSMA eligió el pasado viernes a Barcelona por delante de otras opciones como París, Múnich y Milán para ostentar la capitalidad del móvil; en virtud de esta elección, Barcelona volverá a celebrar las próximas ediciones del Mobile World Congress (MWC), al mismo tiempo que acogerá el Centro Mundial del Móvil y el Festival Mundial del Móvil. El objetivo es acercarse al público general y tener una presencia estable y física dentro de la ciudad, aunque la localización está aún por confirmar.
El Mobile World Congress generó en la última edición un impacto económico en Barcelona de 220 millones de euros y rozó los 60.000 asistentes. En la próxima edición, el certamen se trasladará desde Montjuïc a las instalaciones más amplias y modernas de la Fira de Barcelona en Gran Vía, por lo que se espera un aumento en el número de asistentes.