Cataluña

Dando alas al crecimiento verde

La octava edición de la Carbon Expo llega hoy al recinto de Montjuïc de la Fira de Barcelona. El salón de referencia a nivel mundial sobre el comercio de emisiones se celebra por segunda vez en la Ciudad Condal.

Las emisiones de gases contaminantes de 2010 han sido las más elevadas de la historia pese a la crisis, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA). Durante el pasado año se alcanzó la cifra récord de 30,6 gigatones lanzados a la atmósfera o, lo que es lo mismo, más de treinta mil millones de toneladas. En este contexto tan descorazonador en el que lograr contener el calentamiento global es "una utopía", según ha reconocido el economista jefe de la IEA, Fatih Birol, el comercio de emisiones se cita en Barcelona para ofrecer fórmulas eficaces para revertir la situación.

La octava edición de la principal feria y conferencia a nivel mundial para el mercado de las emisiones, la Carbon Expo, vuelve a Barcelona por segunda vez en su historia. Desde hoy y hasta el día 3 de junio, el recinto de Montjuïc de la Fira de Barcelona se convierte en la principal plataforma internacional sobre las finanzas del clima y del carbono. Carbon Expo se creó en 2004 en Colonia (Alemania) como consecuencia del cumplimiento del Protocolo de Kyoto. Este acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático marcó por primera vez en la historia límites a las emisiones de gases contaminantes de los países firmantes y con las restricciones nació el comercio de carbono.

El funcionamiento del mercado del carbono es sencillo. Cada país firmante del protocolo tiene asignada una cuota de emisiones; una parte de esta cuota se consume con las emisiones difusas de cada país (la contaminación por el tráfico de automóviles, por ejemplo), mientras que el resto se reparte entre las industrias internas. Si estas industrias logran reducir sus emisiones y contaminar por debajo de la cuota que tienen asignada, pueden vender su excedente. Por el contrario, si esa industria se ha excedido en sus emisiones, necesitará comprar más cuota de emisión, y lo mismo sucede a nivel de cada país. De este modo, aquellos que generan menos emisiones son recompensados de forma directa gracias a la venta de sus bonos de emisión, mientras que, simultáneamente, se contiene y se controla el total de emisiones a nivel mundial.

El nivel de emisiones permitidas se va reduciendo año tras año, pero "aunque los bonos de emisiones se van reduciendo, nunca van a desaparecer, es imposible", explica Ismael Romeo, director general de Sendeco2, la bolsa europea de derechos de emisión de CO2. De hecho, la reducción paulatina de los derechos de emisión da fuerza al mercado. "La escasez es positiva, ya que hace que los precios se incrementen", afirma Romeo. A su vez, el aumento de precios redunda en posteriores mejoras a nivel medioambiental, ya que lo ganado en el mercado de emisiones se puede reinvertir en financiar proyectos sostenibles en países en vía de desarrollo.

Sin embargo, tal y como resume Eduardo Dopazo, gerente del Fondo Español de Carbono del Banco Mundial, "tenemos una regulación definida por Kyoto hasta el 2012, pero nos falta todavía una regulación a largo plazo". La incertidumbre que genera la falta de regulación perjudica seriamente al mercado del carbono, que necesita de forma urgente pactos internacionales sólidos. La gran esperanza para resolver esta situación está en la próxima cumbre del clima de Naciones Unidas, en Durban (Sudáfrica). Esta convención se celebrará a finales de noviembre de este año y allí será donde las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático deben decidir el futuro del Protocolo de Kyoto. Aun así, los resultados de la cumbre anterior, celebrada en Cancún (México), no fueron nada concluyentes, y las expectativas respecto a Durban no son excesivamente optimistas: "Sólo podemos esperar que se marquen plazos y fechas, no podemos hacer más. Todo depende de lo que decidan los países miembros de la convención marco de cambio climático de Naciones Unidas", resume Dopazo.

Barcelona 'respira' CO2

En esta situación entra en escena el Carbon Expo: colocado estratégicamente justo entre las dos cumbres, este certamen intentará analizar el estado actual de los proyectos de financiación de infraestructuras limpias, de los mercados de carbono y del estado de las negociaciones a escala internacional antes de la cita en Sudáfrica. El salón es, según sus organizadores, "una cita imprescindible para tomar el pulso al mercado y analizar el estado de las negociaciones a escala internacional".

Más de 121 países participarán en la edición de este año entre países industrializados y países en vías de desarrollo. En el marco de la feria expondrán sus logros hasta la fecha y lo que aún les queda por lograr. Los países en vías de desarrollo se centrarán en encontrar inversores para sus proyectos, mientas que los industrializados analizarán cuáles son las opciones más rentables para decidirse a desembolsar fondos.

El programa del Carbon Expo incluye nueve sesiones plenarias y 26 talleres interactivos que giran alrededor de las posibilidades de financiación para contribuir con el crecimiento verde. En concreto, los ejes temáticos son financiación e inversión en cambio climático; energía y tecnologías bajas en carbono, y políticas e instrumentos para la acción contra el cambio climático. Distintos seminarios y mesas de debate evaluarán las opciones actuales para la financiación de tecnologías de reducción de carbono, a la vez que proporcionarán ideas sobre cómo lograr una hoja de ruta tecnológica para lograr la difícil meta de estabilizar los niveles del clima a largo plazo.

Además, esta edición cuenta con un pabellón dedicado en exclusiva a la tecnología, el llamado Tech Pavilion. Este pabellón contará con la presencia de sectores como la automoción, el cemento, la aviación y las energías eólica y solar. La idea es mostrar las acciones que han llevado a cabo estas compañías en su día a día para ir reduciendo sus emisiones de carbono. Las compañías que tienen presencia en este espacio han sido elegidas por haber adoptado medidas sostenibles como invertir en investigación y desarrollo de productos y tecnologías para la eficiencia energética, presentar regularmente un informe con sus emisiones de CO2 o apostar por el uso de las renovables.

La pasada edición, Carbon Expo logró congregar a más de 3.000 visitantes y se esperan cifras similares para la presente feria, que se propone reunir a todos los actores implicados en los mercados de la energía y el carbono. Entre los asistentes se encuentran tanto altos ejecutivos de corporaciones financieras y jurídicas como empresas energéticas, líderes políticos o altos cargos gubernamentales. También se espera la presencia de representantes de Naciones Unidas vinculados al cambio climático, ONG y organizaciones multilaterales de desarrollo.

Instituciones financieras de la talla del Banco Mundial o la IETA (la Asociación del Comercio Internacional de Emisiones), coorganizadores del evento junto con Fira de Barcelona, también participarán activamente en la feria. Estos dos organismos financieros presentarán sendos informes anuales. El Banco Mundial presentará precisamente hoy su Informe del estado y las tendencias del mercado del carbono. Según los datos del mismo informe del año anterior, el valor total del mercado de carbono creció un 6 por ciento en 2009, con lo que llegó a los 103 mil millones de euros. En el mismo acto, la IETA presentará su estudio GHG Market Sentiment Report.

Dentro del gran protagonismo en el certamen que lógicamente tendrán los países en vías de desarrollo, China será probablemente el que más atención acapare. Por primera vez, China organiza una sesión de debate en la que informará sobre la intención de su gobierno de crear un mercado de emisiones propio, un objetivo incluido en su décimosegundo Plan Quinquenal.

Esto es especialmente relevante si se tiene en cuenta que China, con más de 7.000 millones de toneladas emitidas en 2009, es el país más contaminante del mundo, seguramente debido al enorme crecimiento que está experimentando desde hace años. Conseguir que este crecimiento, hasta hace poco incontrolado, pueda llegar a ser mucho más sostenible sería todo un logro.

Las emisiones de España, en cambio, son mucho más modestas: a lo largo del año 2009 España emitió unas 367 millones de toneladas de CO2; además, es significativo que lograra una reducción del 9 por ciento respecto a las emisiones del año anterior.

Por otra parte, las aerolíneas europeas también tendrán su cuota de protagonismo en Carbon Expo. En 2012 entra en vigor la directiva de la Comisión Europea por la que las aerolíneas verán limitado su nivel de emisiones y, por lo tanto, entrarán en el mercado de la compraventa de emisiones. Conscientes del reto que ello supone, las aerolíneas ya han empezado a prepararse: "Entre 2009 y 2010 hemos reducido un 20 por ciento de emisiones, y esperamos llegar al 30 por ciento en dos años", explica un portavoz de Spanair. Desde esta aerolínea afirman que el cambio de mentalidad ya se ha producido en el sector de la aviación, y que "las compañías conocen las cantidades de emisiones a la atmósfera, están cuantificando el riesgo del costo de las emisiones, están acortado rutas e incluso hacen estudios de uso de biocombustibles".

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