Castilla y León

Asaja Castilla y León se desmarca del acuerdo sobre el canon por el reempleo de semillas

Las nueve organizaciones provinciales que la integran no cumplirán el acuerdo firmado por la directiva nacional con las empresas obtentoras de semillas para facilitar el pago de un canon, por parte de los agricultores, por el reempleo de grano para siembra.

El pasado mes de julio se firmaba en la sede del Ministerio un acuerdo sobre los royalties al reempleo de granos para siembra en el que por primera vez organizaciones agrarias como Asaja y UPA rubricaban con Geslive, filial de la Asociación de Obtentores Vegetales (Anove), un convenio para extender el pago de un canon muy cuestionado entre los cerealistas. Más información en la revista elEconomistaAgro

Los agricultores siempre se han opuesto a tener que soportar durante 25 años un gravamen por reutilizar el grano obtenido de sus cosechas para sembrar, al considerar que los royalties incluidos en la semilla certificada cubren ya los gastos que los obtentores tienen que soportar para la investigación y obtención de variedades más resistentes a las enfermedades y con mayores rendimientos.

El acuerdo, rechazado de plano por Coag desde un primer momento, tampoco ha logrado el apoyo de una parte importante de una de las organizaciones firmantes. Poco después de su firma, las nueve organizaciones que integran Asaja Castilla y León se desmarcaron del convenio firmado por la directiva nacional y decidieron no cumplirlo.

El rechazo de Asaja Castilla y León es especialmente significativo, no sólo porque es claramente la organización profesional agraria mayoritaria en ese territorio, sino porque esa Comunidad es la mayor productora de cereal del país y donde más rechazo genera el pago del canon.

"Desgraciadamente, por Ley los agricultores tienen que pagar ese canon, pero nosotros no vamos a fiscalizarlos ni mucho menos a contribuir a ser los recaudadores de Geslive", asegura a elEconomista el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo.

Lo novedoso del acuerdo era precisamente que establecía una nueva vía para que los agricultores cumpliesen con el mandato legal de pagar ese canon. Si hasta el momento se hacía cuando se seleccionaba el grano para reutilizarlo como simiente, ahora el agricultor podía también comunicarlo a la hora de formalizar la declaración de la PAC en las organizaciones agrarias.

La contribución por el reempleo de semillas de las variedades protegidas se ha establecido en 12 euros por toneladas o si se hace en función de la superficie de entre 1 y 3 euros por hectárea atendiendo al rendimiento de la zona.

El secretario general de Anove, Antonio Villarroel, defiende el acuerdo. "Son cantidades razonables. Es verdad que los agricultores dicen que ya compran la semilla certificada muy cara, pero no se dan cuenta de que poner una variedad en el mercado vale entre 1,5 y 2 millones de euros. No se puede recuperar esa inversión con el precio de la R-1, porque el coste de la semilla sería entonces prohibitivo y dificultaríamos el acceso a esa nueva genética", aclara, antes de matizar que los pequeños agricultores están exentos de pagar el canon por reempleo.

El acuerdo prevé que la mitad de los fondos que obtengan será para que los obtentores costeen los programas de genética y la otra mitad "se va a destinar a otros fines de interés general, fundamentalmente a investigación de necesidades específicas de la agricultura española, como la sequía, el cambio climático o la lucha contra enfermedades".

Se harán también programas de formación a los agricultores. "Nos parece muy injusto que el agricultor nos vea como una especie de cobrador, porque no es verdad, ya que dedicamos muchos esfuerzos y dinero. De hecho somos el sector, según datos de la Unión Europea, que más dedica a I+D, por encima del farmacéutico o el aerospacial".

Los obtentores esperan recaudar a los agricultores por el canon de reempleo 3 millones de euros, el doble que en la actualidad, con lo que el sector cerealista vería revertir 1,5 millones anualmente. Será un comité técnico formado por representantes de las organizaciones firmantes las que determinen a que se dedican esos fondos. Una, apunta el secretario general de Anove, es impulsar la transferencia con redes de ensayo locales para que en cada provincia, en cada comarca, los agricultores vean in situ cuáles son las variedades que de verdad se adaptan a sus condiciones. Los ensayos sobre el terreno de nuevas variedades se hacen ya a través del Grupo de Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos (Genvce), integrada por las comunidades y coordinada por el Ministerio. "El problema que tienen es la financiación porque hacer estos ensayos es caro. Ahora, las empresas te venden lo suyo como lo mejor, pero una veces lo es y otras no tanto. Es bueno que colaboremos con la Administración para que haya ensayos objetivos para que el agricultor lo vea. Nos parece una información valiosísima y tenemos que tener las redes de ensayo que tiene Francia y que nosotros nos merecemos".

Sin rebajas pese a la sequía

Ante la pregunta de si en un año en la que el sector cerealista está siendo especialmente castigado por la sequía los obtentores se han planteado rebajar el canon, Villarroel afirma que "precisamente porque tenemos un problema de cambio climático, la solución no es invertir menos, sino al revés, voy a contribuir para encontrar respuestas a los problemas que tenemos".

La generalización del uso de semilla certificada es una de las grandes asignaturas del sector cerealista en España. La media en nuestro país es de un 33 por ciento, aunque muy desigual por territorios. Así, mientras en comunidades como País Vasco, Navarra o Andalucía se supera el 50 por ciento en otras, como Castilla y León, apenas llega a un 15 por ciento. "Hay que decir al agricultor que invertir en semilla es un buen negocio, no representa más de un 10 por ciento de los costes de explotación y esa contribución va a suponer un 0,1 o un 0,2 por ciento de tus gastos de explotación. ¿Quién sembraría ahora una variedad que le rindiera 1.000 kilos, que era lo que conseguían nuestros abuelos, mientras que hoy un año bueno te rinden 3.000-3.500 kilos y en zonas buenas como La Bureba 5.000 ó 6.000 kilos" Todo eso se debe fundamentalmente a la mejora genética y ahí la semilla es el principal vector", asegura Villarroel.

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