Norvento, compañía española de tecnologías renovables, ha puesto en la energía eólica y los biocombustibles (biomasa y biogás) el foco para su estrategia de expansión en el sector agrario.
La actividad de Norvento abarca desde la fabricación de tecnología, así como el diseño, promoción, construcción y explotación de parques (eólicos fundamentalmente), proyectos de generación distribuida para autoconsumo del sector industrial y empresarial, así como soluciones ad hoc de ingeniería energética.
Así, con el objetivo de ayudar a las pequeñas y medianas explotaciones ganaderas y agrícolas a incorporar sistemas de producción de energía renovable, más eficientes en términos económicos y sostenibles en el medio y largo plazo, Norvento ha desarrollado un aerogenerador, denominado nED, y un modelo de planta de biogás para generación distribuida de energía, que pueden utilizarse tanto en instalaciones off-grid (desconectados de la red eléctrica) como conectadas a la red.
La generación distribuida de energía, también llamada autoconsumo industrial, permite ahorrar costes energéticos y a la vez contribuir a la sostenibilidad medioambiental. La generación distribuida es especialmente útil para el sector agrario ya que las granjas y explotaciones ganaderas en ocasiones se encuentran en lugares aislados con acceso difícil a la red eléctrica.
Para aprovechar el recurso eólico, Norvento ha desarrollado el aerogenerador nED 100 para consumos industriales medios, y cuyas características lo hacen especialmente idóneo para entornos agrícolas y ganaderos. Este aerogenerador de 100 kW ha sido diseñado y desarrollado por para conseguir la máxima captura aerodinámica. EL nED100 alcanza una producción energética anual que oscila entre los 200 y los 400 MWh en función de las condiciones del viento. Además, se adapta a los diferentes regímenes de viento, lo que aumenta su eficiencia mecánica y eléctrica. Su mecanismo no necesita de ningún tipo de fluido para lubricación o refrigeración, lo que reduce su mantenimiento a una única visita al año. Puede ser controlado las 24 horas del día los 365 días del año a través de una completa aplicación para Smartphone que incluye todos los datos a tiempo real.
Desde el año 2014, Norvento ha instalado 23 unidades de este aerogenerador en Reino Unido, la mayoría de ellas en cooperativas ganaderas. Su experiencia en este entorno ha sido muy positiva y las expectativas son de crecimiento, ya que la compañía prevé instalar 500 unidades en los próximos 10 años.
Pero la energía eólica no es el único recurso natural que puede ayudar a ahorrar costes y producir energía limpia en el entorno rural, el biogás es otro combustible natural que puede aprovecharse.
La industria agrícola y ganadera generan una alta carga de residuos orgánicos, por lo que su aprovechamiento puede suponer un gran valor económico para el sector. Para ello Norvento ha diseñado Bioplant, una planta de biogás que permite a las granjas gestionar los residuos orgánicos convirtiéndolos en gas renovable, energía o ambos. Además, las plantas de biogás de Norvento son modulares, por lo que pueden adaptarse a las necesidades de cada cliente y a sus infraestructuras existentes.
La producción de biogás está basada en tres fases. En primer lugar se almacenan los residuos y se les realiza un tratamiento específico previo. A continuación, pasan al digestor, donde gracias al proceso de digestión anaeróbica se produce el biogás, que es almacenado en el gasómetro. Después el biogás se refina y se envía a la caldera (para la generación de calor) o al motor de cogeneración (para la generación de energía). Al igual que el aerogenerador nED, la Bioplant puede ser monitorizada a tiempo real desde el Smartphone. Las plantas alcanzan potencias nominales entre los 50 y los 150 KWe.
El biogás presenta múltiples beneficios tanto energéticos como ambientales y económicos. En términos de energía, se trata de un combustible versátil (que permite generar electricidad, calor o cogeneración según se necesite), estable, con una alta disponibilidad (superior a las 8.000 horas anuales), y eficiente, gracias a su alto aprovechamiento térmico. En cuanto a sus beneficios económicos, no sólo conlleva una reducción de los costes energéticos, sino que además puede aportar ingresos adicionales gracias a la venta a terceros o la comercialización del calor, por ejemplo. Además, es un proceso respetuoso con el medioambiente evitando la contaminación de acuíferos y suelos (ya que se utilizan menos fertilizantes), reduce los patógenos gracias al proceso de los residuos orgánicos y reduce también las emisiones de metano derivadas de la descomposición natural de la materia orgánica.