La Junta tenía ya preparado un aval de 10 millones de euros para salvar a la compañía antes las graves dificultades que tenía, según ha sabido elEconomista.
Estas ayudas requerían el visto bueno de Bruselas ya que pertenecen a un línea de salvamento para empresas en crisis. En la actualidad, la UE estaba tramitando la solicitud que previsiblemente iba a aprobar ya que consderaban que el expediente enviado por el Gobierno regional estaba "impecable".
A la espera de la confirmación oficial, la Comisión Delegada de Asuntos Económicos se había adelantado ya a la aprobación para conceder el aval de forma inmediata una vez que se recibiese el visto bueno comunitario, dada las graves dificultades económicas de la compañía que dirigía Juan Pascual. Finalmente, tras la compra, la Junta no tendrá que materializar la operación.
Algunas fuentes que conocían las cuentas de la compañía elevaban a 50 millones de euros las pérdidas sufridas en el pasado ejercicio. De ellas, alrededor de 31 millones correspondían a pérdidas operativas y el resto a gastos financieros derivados de la elevada deuda que arrastraba la cadena alimentaria.
Junto al aval de la Junta, la compañía estaba preparando un plan para capitalizarse con la aportación de los socios y una reestructuración que suponía la venta de numerosas tiendas, que podrían haber aportado unos 20 millones de euros.
