Castilla y León

Pequeños inversores para grandes proyectos

Los empresarios familiares de Castilla y León han podido sacar pecho durante la reciente celebración de su congreso anual en Valladolid del club de inversores que pusieron en marcha hace unos meses, pionero en España.

Alentia fue una brillante idea del anterior presidente de los empresarios familiares, Gerardo Gutiérrez, que Sebastián Arias y Javier Cid, a los mandos del vehículo de inversión, han sabido poner en marcha con solvencia. Su finalidad no era otra que canalizar el ahorro de los castellano y leoneses para invertirlos en proyectos rentables y tapar la ausencia que la desaparición de las cajas y la crisis había dejado en el mapa financiero.

El bautismo de Alentia no ha podido ser mejor. En alianza con la empresa Castilla Termal construirá un hotel balneario de cinco estrellas en un monasterio cisterciense del siglo XII emplazado en plena Ribera del Duero. El proyecto encandila porque pone en valor algunas de las principales potencialidades de Castilla y León: su rico patrimonio monumental y la pujanza de su principal zona vitivinícola.

Alentia ha superado su gran prueba de fuego y se convierte en lo que Sebastián Arias ha definido como "una buena oportunidad para los pequeños inversores". Son ellos, al fin y al cabo, lo que se van a beneficiar de una iniciativa que no solamente hay que ver con criterios de rentabilidad sino, también, con valores como el apego al territorio, uno de las tradicionales señas de identidad de las empresas familiares.

La apuesta de Alentia es un revulsivo importante para el desarrollo turístico de Ribera del Duero, una zona con una importante proyección tanto en España como en el extranjero al calor del emergente enoturismo. De ahí que la necesidad de dar el impulso definitivo a la construcción de la esperada autovía del Duero vuelve a ponerse sobre la mesa. Urge que la administración autonómica impulse de una manera decidida y sin intermitencias, como hasta ahora, esta infraestructura y poder aprovechar los recursos de desarrollo que tenemos ahí pero que no hemos empezado a pulir.

RAFAEL DANIEL

Delegado de elEconomista en Castilla y León

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