Castilla y León

La política industrial marca la estrategia

Ha sido muy elocuente que el primer acto oficial del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, en este año recién comenzado haya sido una visita a la empresa Aran Europe, una pequeña pyme de capital israelí que tiene en la Comunidad su única inversión en el extranjero.

La visita es mucho más que un gesto porque marca en realidad la prioridad del Ejecutivo regional en el nuevo ejercicio, que el propio Herrera se encargó de dejar clara: será un año de "especial atención, cercanía y apoyo" a la industria de la Comunidad para confirmar una recuperación económica que ya apuntan los informes económicos y que la Junta no quiere dejar escapar.

Aran es el ejemplo de las potencialidades que ofrece la región para atraer inversiones. Su instalación en el polígono industrial de Villanubla, a escasos kilómetros de Valladolid, fue fruto de una misión comercial que capitaneó el consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, en 2005. Desde su puesta en marcha cuatro años después, la compañía ha ido creciendo en empleo y ahora afronta una nueva ampliación de plantilla que ojalá marque el camino del resto del tejido industrial.

Herrera mostró algunas de las armas con las que quiere convertir el sector industrial en uno de los principales tractores de la recuperación económica y del empleo, entre ellas el desarrollo de la ley de estímulos a la creación de empresas, acompañado de un plan dotado con 42 millones de euros, el III acuerdo marco de competitividad 2014-2017, la nueva ley de Industria, la estrategia agroalimentaria y la estrategia regional de especialización inteligente para potenciar la innovación.

Todos ellos son elementos que pueden ser determinantes para dar el empujón definitivo que nos saque de la crisis, pero lo más importante es que desde el Ejecutivo regional se tienen las ideas claras, los objetivos definidos y que a los empresarios les ha llegado bien claro el mensaje de que no están solos en un momento tan crucial para su futuro después de tantos años de malas noticias.

RAFAEL DANIEL

Delegado de elEconomista en Castilla y León

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