Castilla y León

Cambio de tendencia y de política fiscal

La cautela es una buena consejera. De ella no dudó en echar mano la titular de Hacienda de Castilla y León, Pilar del Olmo, cuando hace unos días presentó las cifras de la contabilidad regional en el segundo trimestre. Los datos reflejaban que el PIB de la Comunidad ha dejado de caer tras seis trimestres en negativo. El crecimiento ha sido cero, pero en estos tiempos terribles es un pequeña gran noticia.

El análisis de las datos estadísticos refleja que la buena cosecha ha sido la artífice del frenazo en la caída, pero también que aunque el resto de los sectores sigue en tasas negativas han ralentizado su decrecimiento, base suficiente para que Del Olmo pueda hablar de que estamos ante un "cambio de tendencia".

Pero lejos de esperar simplemente a que las próximas estadísticas confirmen el nuevo rumbo, hay que aprovechar la coyuntura para establecer medidas de estímulo económico e incentivación del consumo con la única política que se ha demostrado eficaz: la bajada de impuestos.

Para el próximo año se anuncian bonificaciones en transmisiones empresariales, medida acertada pero insuficiente. Como también lo es la simple renuncia a un incremento de la tributación en el IRPF porque hay margen para dar marcha atrás en las subidas impositivas aplicadas al comienzo de la legislatura, como el centimazo sanitario o la implantación del Impuesto de Patrimonio.

Los 300 millones de colchón que podría suponer la ampliación del margen de déficit van a ir a parar, según dejó claro Del Olmo, a afianzar los servicios públicos esenciales. Eso suena a más gasto público improductivo.

Está muy bien cuidar la política social en tiempos en que miles de familias sufren el azote del paro, pero sin estímulos económicos sólo se contribuirá a perpetuar la falta de crecimiento y, a la larga, a crear más pobreza y desesperanza. Ahora se presenta la gran oportunidad de que el cambio de tendencia se convierta en el principio de un nuevo ciclo y no podemos permitirnos el lujo de desaprovecharla.

RAFAEL DANIEL

Delegado de elEconomista en Castilla y León

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky