Castilla y León

Los bodegueros de Ribera de Duero ganan peso en el Consejo Regulador

Ribera de Duero es la d.O. más emblemática de Castilla y León

Las nueva normativa electoral deja fuera a las cooperativas, como reclamaban

Los bodegueros ganan la primera partida a los cultivadores en la guerra que mantienen por el control del Consejo Regulador de Ribera de Duero. La normativa electoral publicada por la Consejería de Agricultura y Ganadería modifica el peso que tenía cada sector en el máximo órgano de la Denominación de Origen, atendiendo así las reclamaciones de los elaboradores.

En febrero del año pasado, los cinco vocales que representaban a los bodegueros presentaron su dimisión en desacuerdo con la gestión que estaba realizando su presidente, José Trillo, apoyado por el bloque de los cultivadores. Era, en realidad, la expresión de un largo desencuentro que tuvo su origen en las elecciones de 2007, cuando los elaboradores quedaron en minoría tras una modificación electoral por la que se daba entrada a las cooperativas en el Consejo.

Aunque la representación era hasta entonces paritaria, con seis representantes para cultivadores y otros tantos para los elaboradores, la Ley regional del Vino de 2005 introdujo una modificación por la que se garantizaba un puesto en este último grupo a las bodegas cooperativas si comercializaban "un 20 por ciento de la producción total de vino amparado".

Esto supuso que el grupo de bodegueros quedase en minoría ya que los representantes de las cooperativas se alinearon con el de viticultores.

Con contraetiquetas

En la reciente publicación de la normativa electoral para renovar el Consejo, el departamento que dirige Silvia Clemente ha optado por asumir las tesis de los bodegueros. De esta forma, se mantiene la entrada de las cooperativas cuando superen un 20 por ciento del vino amparado, aunque interpreta este último concepto de manera que sólo es considerado tal cuando lleva las correspondientes contraetiquetas. Esto supone, de hecho, la exclusión de las cooperativas del Consejo, ya que aunque sí alcanzan esa producción, mucha parte se vende a granel.

En opinión de Enrique Pascual, presidente de la Asociación de Bodegueros de Ribera de Duero (Asebor), el cambio "tiene sentido ya que aunque el vino producido está amparado por la denominación, se puede desclasificar y vender como vino de mesa". Según Pascual, la nueva normativa "se ajusta más a la realidad" de Ribera de Duero. De distinta opinión es Fernando Páramo, miembro del sindicato UCCL y vocal del Consejo por el sector elaborador, que considera que con los cambios introducidos "se prima lo económico frente a la calidad que siempre han representado las pequeñas bodegas. Eso sin olvidar que las cooperativas fueron el origen de la denominación".

Según este vocal, las bodegas más pequeñas perderán también representatividad con los nuevos estratos elegidos, ya que se reservan dos puestos para las más grandes. "Antes para un estrato había 78 bodegas, ahora son 154 las que estaremos representadas por un vocal".

Dos vocales para las grandes

El sector elaborador, que antes se dividía en tres estratos, se reconvierte en cuatro en función de las contraetiquetas solicitadas de media en los años 2010, 2011 y 2012 (más de 900.000 unidades, entre 351.000 y 875.000, entre 107.000 y 350.000 y menos de 106.900), reservando dos vocales para las mayores bodegas.

Además, en el nuevo reglamento, en el que antes había tres estratos de viticultores (menos de 1,5 hectáreas, con un vocal; entre 1,5 y 5 hectáreas, cuatro vocales, y más de 5 hectáreas, un vocal), ahora se atomiza en cinco estratos (menos de 1 hectárea, entre 1 y 2,645 hectáreas, entre 2,646 y 6,945 hectáreas, entre 6,946 y 25,5 y más de 25,6 hectáreas) con sendos vocales cada uno.

Los bodegueros se anotan la primera batalla por el control del Consejo, aunque la última palabra la dirán las urnas el 21 de julio.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky