La innovación está en el ADN de esta compañía, algo que la ha convertido en un referente en el mundo de la cunicultura. Una de sus principales apuestas se produjo en 1999 cuando a sus actividades de transformación unieron la de cría de conejos. "Fuimos pioneros en la implantación de técnicas reproductivas en la cunicultura que ya estaban implantadas en otras ganaderías, como la inseminación artificial a banda única, que permite tener crías en el mismo estado fisiológico hasta la venta", relata Santiago Miguel Casado. El modelo, "en el que nadie creía", ha terminado por ser el que utiliza todo el sector.
Junto a esto, la modernización y la mejora de las explotaciones es una constante en este grupo familiar, con granjas en las que se hacen controles exhaustivos de la cría a través de sistemas informáticos para la regular la temperatura y la ventilación.
Santiago Miguel Casado enarbola también con orgullo su contribución al mantenimiento del mundo rural. "Hemos conseguido, y eso sí lo podemos decir, que Castilla y León sea la segunda comunidad en censo de animales y la número uno en tamaño medio de explotaciones".
En la mayoría de las más de 250 granjas que surten a la compañía de conejos -ellos sólo crían un 7 por ciento de lo que venden- los titulares no superan los 40-45 años de media, "por lo que estamos contribuyendo a mantener a los jóvenes en el mundo rural".
El directivo presume también de "ser muy escrupulosos con nuestra obligaciones y no movemos ni un día en el pago a nuestros proveedores" pese a que cada vez la morosidad de sus clientes es mayor.
Grupo Hermi comercializa 240.000 conejos semanalmente, de los que cría un 7 por ciento. El resto los compra en las 250 granjas proveedores con las que mantiene relaciones comerciales. Posee mataderos en Coruña, Albacete, Bilbao, Aveiro, granjas en Valladolid y un centro logístico y sala de despiece en Toledo. El pasado año, la compañía invirtió 6,5 millones de euros en la compra de la portuguesa y en la mejora de la planta de Albacete.
