Castilla y León

El peor escenario posible para el comercio

Carlos Sigüenza

La reciente apertura del Parque Comercial de Inter Ikea en Valladolid, complejo llamado Río Shopping, anunciado como el más grande de Castilla y León y uno de los mayores de España, llega en el peor momento para el comercio local.

Este centro convierte a Valladolid en la tercera provincia de España con más metros cuadrados de grandes superficies por habitante, (gran mérito de nuestros representantes políticos) generando un profundo desequilibrio entre el comercio urbano de ciudad y el comercio de la periferia, y además supone un ataque directo al modelo de ciudad y comercio europeo continental. Estos parques representan al peor urbanismo, un urbanismo trasnochado desechado en toda la Europa civilizada que ha generado graves problemas a la economía y organización de las ciudades por su dependencia, el brutal consumo energético, la desertización de núcleos urbanos, el empobrecimiento de la economía local y otros problemas de índole social. ¿Aún no saben que los centros comerciales instalados en áreas consolidadas pueden tener beneficios, frente a estos mega-parques periféricos que provocan un vaciamiento del comercio y de la vida del centro y de los barrios?

La situación del comercio de Valladolid es ya dramática. Más del cincuenta por ciento de las empresas están en pérdidas: hay comercios que están aplicando niveles de descuento insoportables, renunciando al beneficio. Aumentar de forma absurda la competencia por obra de una caprichosa decisión de nuestras oligarquías políticas y financieras, (el centro ha sido declarado ilegal por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y solo por una argucia jurídica de la propia Junta está en el Supremo) traerá graves problemas como digo, para el comercio, para la economía general y para la ciudad. Los políticos tienen la ventaja de no responder nunca de sus tropelías.

Reconozco que el comercio tiene que adaptarse a los nuevos tiempos, a tiempos muy difíciles y los próximos meses serán de extrema dificultad en lo que ya denominamos una economía de guerra. Confío en la fidelidad del consumidor, que además ha optado por la compra de proximidad "geográfica y relacional" y la cercanía en el trato, siempre aportando calidad y precio. No obstante las dificultades económicas de los consumidores, que están sufriendo grandes recortes en sus ingresos, tiene peor solución. Nuestros gobernantes solo nos ofrecen recortes e impuestos y nosotros demandamos medidas que incentiven la economía y el crecimiento.

Como decía, aumentar la oferta cuando la demanda está hundida puede tener efectos desastrosos. Este parque supone romper el equilibrio de forma brutal y pone en peligro el futuro de muchas empresas de Valladolid. Para hacer una aproximación equivale a 1.000 tiendas, en su mayoría de grandes multinacionales, y supondrá la perdida del veinticinco por ciento en el patrimonio inmobiliario comercial de la ciudad. Río Shopping sin duda empobrece al comercio urbano, a la hostelería, a los cines, a la economía en general, a la vida de la ciudad ¡Y los beneficios de este macroproyecto volarán muy lejos!

Si ya tenemos el veinte por ciento de los locales vacíos en muchas calles, con esto podemos llegar al treinta ¡una barbaridad! Veo con tristeza el ritmo de cierre de tiendas y la ruina de muchos comerciantes. El comercio es fundamental para mantener con vida las calles, para la seguridad, además de lo que supone para la economía y el empleo. Se está poniendo en riesgo la supervivencia del comercio urbano.

Los comerciantes demandamos menos impuestos y más apoyo. La Junta de Castilla y León no tiene una sola medida de apoyo al comercio, nos ha abandonado. Damos miles de empleos, generamos riqueza pero somos los parientes pobres de la economía y solo se acuerdan del comercio para recaudar impuestos.

Imagino al consejero de Economía y Empleo, en su caja de cristal de Arroyo de la Encomienda (nunca mejor dicho) contemplando la gran obra de Río Shopping, algo así como a Sir Alec Guinness en el puente sobre el Río Kwai, y el asombroso desarrollo urbanístico de Arroyo. Frente a eso ¿que importa que cada día en nuestros maltratados cascos históricos cierren tiendas que forman parte de nuestras vidas, de nuestra memoria, de nuestro paisaje urbano, tiendas que aportaban calidad y servicio al ciudadano? ¡Es el futuro! ¡es el progreso! nos dirán.

Señor consejero, con el debido respeto, algún día deberá explicarnos en que nos beneficia este monstruo comercial, que sin duda viene a meter la mano en la caja de nuestras tiendas. Yo no lo entiendo. Debe ser el llamado "modelo Arroyo" que ha generado el peor urbanismo posible incluido el comercial. Y además ilegal.

Apelarán al libre mercado, a la libertad de empresa. Al mismo libre mercado que hace que ahora tengamos que sacrificarnos, que renunciar a una parte de lo nuestro para salvar a nuestros bancos, a nuestras grandes empresas, a los grandes promotores inmobiliarios, que con su codicia tanto daño han hecho a nuestra economía y a nuestras ciudades. Señor consejero "los comerciantes también queremos un rescate".

Queridos comerciantes, prepárense para el peor escenario posible: caída del consumo, aumento del IVA, ampliación de horarios comerciales, apertura de Río Shopping, salida de sedes administrativas del centro urbano, dificultades de accesibilidad y aparcamiento a nuestras tiendas, problemas de financiación, recorte del sueldo de los funcionarios?Tal vez nuestra directora general nos diga que para un sector que representan a más cien trabajadores y cuarenta mil autónomos en Castilla y León no hay un duro o tal vez nos dirá que esto lo arreglamos con unos "desayunos tecnológicos" que también están de moda. Señora directora, ni medidas, ni ideas, ni presupuesto.Me siento orgulloso de defender un modelo comercial que favorece la integración social, el desarrollo de pequeños negocios, que fomenta la convivencia y que da un buen servicio a los ciudadanos. Por mucho que se empeñen nuestros políticos seguiré defendiendo al comercio urbano que mantiene vivas las ciudades.

¿Tendremos que emigrar los comerciantes de Castilla y León a otras regiones como País Vasco o Cataluña para que nos defiendan? ¿Por qué en nuestra región todos los incentivos al comercio han sido eliminados?

¿Porqué el Plan Estratégico aprobado por la Junta de Consejeros y publicado en el BOCYL está totalmente

parado? Los tiempos son difíciles, (para los políticos menos) pero a pesar de todo nosotros, desde nuestras organizaciones, seguiremos trabajando (no sabemos hacer otra cosa) y apostando por la defensa del comercio, de los comerciantes autónomos, de nuestras ciudades, de nuestros miles de trabajadores y de las empresas de comercio de nuestra región.

CARLOS SIGÜENZA TORRADO

Miembro de la Confederación de Comercio de Castilla y León (CONFERCO)

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky