Castilla y León

Gadea se replantea su aventura en China y busca alternativas en Europa del Este

Gerardo Gutiérrez, presidente de Grupo Gadea

Gadea está inmunizada contra la crisis. El grupo farmacéutico volverá a crecer este año por encima de los dos dígitos consolidando así el imparable crecimiento de los últimos años, de un 15 por ciento de media. El holding que dirige Gerardo Gutiérrez se encuentra ahora replanteando su plan de expansión y busca en Europa del Este alternativas a su planta de China, donde ha tropezado con su socio local, y no detener así su ambicioso plan de expansión.

En 1991 Gerardo Gutiérez irrumpió con Crystal Pharma en el mundo farmacéutico. Fue el inicio de un grupo farmacéutico, Gadea, que no ha parado de crecer. La actividad inicial de desarrollo, fabricación y venta de principios activos, ha ido ampliándose primero en el campo de la farmacia con la producción de productos terminados a través de Cyndea, situada en Soria y especializada en medicamentos hormonales, y Gadea Biopharma, que comenzará a principios del próximo año a fabricar productos inyectables y oftálmicos en León y que constituye otro de los puntales del plan de expansión de la compañía. La última aventura ha sido entrar en el campo de la biotecnología para crear principios activos a través de procesos de fermentación con la creación en China de Norchem con un socio local.

Era la segunda incursión internacional del grupo, que ya dispone de un laboratorio en Malta. El salto al gigante asiático pretendía impulsar el acceso a los mercados no regulados (basados sólamente en precios), "donde nos cuesta competir por costes", dice Gutiérrez.

Gadea, con su buque insignia Crystal Pharma al frente, prevé con estos proyectos alcanzar en 2016 una facturación de 131 millones de euros. Por el momento, las previsiones no sólo se van cumpliendo sino que se ven superadas. A 31 de agosto, la facturación ha crecido un 12 por ciento, por encima del presupuesto, y la previsión es cerrar el año con unas ventas consolidadas en torno a los 57 millones de euros, frente a los 50,6 del pasado año. Durante los últimos ejercicios el negocio de Gadea ha crecido de media un 15 por ciento.

La compañía ha apostado siempre por el crecimiento horizontal, ampliando su actividad histórica de principios activos con productos terminados para los laboratorios comercializadores, pero siempre manteniendo la especialización en esteroides, donde Gadea es puntera a nivel mundial.

Pero la compañía que dirige Gerardo Gutiérrez se encuentra en estos momentos replanteando su plan de expansión, uno de cuyos puntales era la puesta en marcha en 2014 de una planta en China para la producción de productos intermedios y el desarrollo de la nueva actividad de fermentación. Gadea formó con un socio local la compañía Norchem, que alquiló unas instalaciones para atender las necesidades de producción hasta la puesta en marcha de la nueva planta.

Las divergencias derivadas de "la diferencia cultural" con su partner han hecho que Gadea deseche la continuidad de la participada (Norchem), aunque baraja la posibilidad de mantenerse en el gigante asiático, si bien sería preferentemente con una adquisición para evitar tener que empezar de nuevo con los trámites burocráticos, aunque tampoco descarta una nueva planta totalmente.

Otra de las opciones es dejar en China parte de la actividad y trasladar a Europa los procesos tecnológicos más importantes. Aunque no descarta "por cercanía" Castilla y León para el nuevo emplazamiento, Europa del Este tiene importantes ventajas por los menores costes.

Este contratiempo, lejos de cuestionar la política de expansión del Grupo, puede suponer su impulso, ya que la compañía podría acelerar su crecimiento integrando en este nuevo proyecto una planta prevista inicialmente para 2016. Gerardo Gutiérrez que la resolución a esta encrucijada se producirá en dos o tres meses.

Gerardo Gutiérrez explica algunas de las las claves de su éxito empresarial. "La primera es tener una idea clara de cómo posicionarte en el mercado. Decidimos entrar en algo que era muy pequeñito, ya que los esteroides sólo suponen un seis por ciento en el mercado farmacéutico mundial, pero ser los mejores. Ha sido la base de que la compañía haya ido bien".

Otra de las recetas es tener perspectiva de futuro. "Tecnológicamente nuestro esfuerzo es tremendo. A día de hoy dedicamos a I+D cuatro millones y medio al año, un 8 por ciento de la facturación. Pero es la apuesta a futuro, es ver la compañía siempre en el tiempo, que tienes que entender lo que hacer en función de donde quieres estar dentro de 15 o 20 años. Y esa perspectiva nunca la hemos perdido".

La internacionalización ha sido otro de los ingredientes de la vacuna contra la crisis. Gadea compite en un mercado único y global,. tanto en el campo de los principios activos como en el de los medicamentos, aunque en menor medida. Vende en 77 países. Sus competidores son también internacionales, fundamentalmente los italianos, aunque "ellos tienen unas tablas de crecimiento menores", presumen desde Gadea.

Gadea goza de una situación financiera privilegiada, con un endeudamiento que no llega a una vez el ebidta. " Históricamente hemos sido una compañía que crecía mucho y cada vez demandaba más capital circulante. Para los bancos éramos un chollo porque teníamos mucha demanda de financiación?. Ahora, el grupo genera un cash flow capaz de mantener el crecimientote la compañía. "Aquí los bancos siguen llamando a nuestra puerta".

Gerardo Gutiérrez, un químico "visionario" que saltó al mundo de la empresa, tiene muy claro cuales han sido las claves de su arrollador éxito empresarial. "En Gadea hemos sabido armar de la nada un equipo de gente tremendamente fuerte, muy motivado y muy involucrado con el proyecto". Si algo distingue la política de recursos humanos es haber logrado una dinámica basada en el reconocimiento del trabajo de la gente para que "cuando una compañía va bien, vaya bien para todos. Igual que se reconoce al que aporta la idea, el capital y con ello el riesgo, se reconoce el talento de la gente y del esfuerzo que hacen cada día". Eso se traduce en que no sólo el capital social de la compañía está abierto a los trabajadores (el 40 por ciento es accionista), sino que toda la plantilla participa de los beneficios. El 11 por ciento se reparte entre todos los empleados en función de distintos criterios.

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