A veces los nuevos nicho de negocio están más cerca de lo que parece. La joven bodega vallisoletana Eresma-La Soterraña ha ideado una original estrategia para aumentar las ventas de sus vinos blancos: el ocio nocturno.
La idea partió de Aníbal Asensio, director de esta bodega instalada en la localidad vallisoletana de Olmedo y acogida a la denominación de origen Rueda. Asensio quiere importar a nuestro país una costumbre muy extendida en otros países europeos o americanos: el consumo de vino blanco por la noche.
"Me quedo admirado cuando veo que en el extranjero la gente se toma un vino blanco a las dos de la mañana. Este tipo de caldos tienen muy buena acogida entre el público femenino, son fresquitos y entran muy bien. ¿Por qué en España no se consumen por la noche? Quizá aquí haya cierta vergüenza pero creo que hay recorrido", explica a elEconomista este experto vitivinícola.
La estrategia de la bodega pucelana es la de ir introduciendo poco a poco en el mercado local una cultura que promueva este tipo de consumo de los vinos verdejo, y recientemente ha organizado una cata de sus caldos en un conocido local de copas de la capital vallisoletana.
En ella, han participado un centenar de alumnos extranjeros de la Fundación de la Lengua Española que se encuentra en nuestro país para aprender castellano. Según la bodega, con esta degustación no sólo se pretende incentivar el conocimiento sobre el vino español, con un prestigio creciente, sino también introducir el consumo en establecimientos de ocio ajenos a la gastronomía -tradicionalmente bares de tapas o restaurantes- aunque, como matiza la bodega, siempre desde la moderación y el consumo responsable.
En esta misma línea, la bodega está organizando catas y degustaciones de cócteles elaborados con vino blanco.
Creada en 2006, la joven bodega mantiene sus planes de expansión tras haber encontrado hueco en el mundo del vino blanco. En esta campaña ha invertido 400.000 euros para reforzar los procesos de automatización en la elaboración de vino, la ampliación del lagar y la capacidad productiva con nuevos depósitos de acero inoxidable, que incrementarán la producción de vinos blancos de la denominación de origen Rueda. Aunque el techo de producción es de cuatro millones de botellas, en esta campaña, la bodega rozará una producción cercana a los dos millones.
Con esta tercera fase -en 2010 se invirtieron 100.000 euros- se completa la inversión realizada por un grupo de empresarios vallisoletanos- que ascendió entonces a 4,4 millones de euros- y que en seis años ha supuesto una inversión para Olmedo de cerca de cinco millones de euros.
La bodega ha logrado ya una fuerte implantación en el mercado local, Andalucía, Levante y norte de España y su estrategia pasa por reforzarse también en Madrid y Barcelona.
Fuera de nuestro país, donde vende un 20 por ciento de su producción, está ya en 15 países, y ahora quiere hacer especial incidencia en mercados como Japón, Alemania y Estados Unidos.
La bodega, que elabora los vinos blancos para el Grupo Freixenet, ha acometido ya varias ampliaciones de capital para hacer frente a su crecimiento y espera entrar en beneficios este año.
El enoturismo es otro de los frentes en los que Eresma-La Soterraña quiere entrar con fuerza "aprovechando el fuerte tirón que tiene el arte mudéjar en Olmedo". La bodega dispone de un jardín con todas las variedades de uva blanca que quiere potenciar.
Aunque la internacionalización ha sido una de las estrategias que la bodega vallisoletana ha mimado desde sus inicios -dos de cada diez botellas va a mercados exteriores-, Aníbal Asensio reconoce que no le deja de sorprender la pujanza que tienen sus vinos en países como Alemania o Japón. El director de la Bodega Eresma-La Soterraña recuerda con orgullo la sorpresa que se llevó cuando descubrieron que una de las etiquetas de sus caldos aparecía en un cómic nipón. Una de las claves de su éxito ha sido la apuesta por la calidad que ha caracterizado la trayectoria de este proyecto vitivinícola, algo especialmente importante en un mercado muy competitivo por la saturación de la oferta. Sus vinos, que se comercializan con las marcas Eresma, V&R y SieteSiete han logrado ya varios reconocimientos en certámenes internacionales y de la crítica especializada. Proceden de la uva recogida en 230 hectáreas de viñedo, de la que 120 pertenecen a los accionistas de la bodega.
Sus caldos se nutren de las variedades verdejo (variedad autóctona que permite la obtención tanto de vinos olorosos o amontillados como de vinos blancos frescos), sauvignon blanc (variedad de origen francés introducida en Rueda en 1974) y viura, especialmente diseñada para el envejecimiento en roble.