
La compañía minera Berkeley reclama a Enusa ante la Corte de Arbitraje de París 200 millones de dólares por rechazar la creación de una empresa conjunta para explotar los yacimientos de uranio de Saelices el Chico, en Salamanca.
Berkeley Minera España (BME), filial 100% de Berkeley Resources, ha iniciado el procedimiento de arbitraje internacional contra Enusa ante la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara Internacional de Comercio, con sede en París.
En opinión de Berkeley y de sus asesores legales en España, Enusa ha rechazado injustificadamente en varias ocasiones el cumplir sus obligaciones contractuales y, en particular, el constituir la Joint Venture "Newco" (participada en un 90% por Berkeley y un 10% por Enusa) el 29 de febrero de 2012, lo que ha significado un claro incumplimiento del Acuerdo de Colaboración firmado en enero de 2009.
Es compañía sería la encargada de explotar los yacimientos de uranio situados en la localidad salmantina de Saelices el Chico. La empresa minera dispone además de otros yacimientos en Retortillo, aunque son de su propiedad.
Berkeley asegura que a pesar de que Enusa ha incumplido en varias ocasiones sus compromisos ha facilitado a la compañía estatal numerosas vías para alcanzar una solucion satisfactoria que evitase el arbitraje. Tambien ha concedido a Enusa numeros aplazamientos del plazo prefijado para la formación de "Newco", a la vez que ha ofrecido alternativas viables para llevar a cabo el proyecto.
Enusa ha rechazado en varias ocasiones el plan de Berkeley al considerarlo incompleto y genérico por dos veces. A las dudas sobre las proyecciones económicas que manejaba la empresa minera se unían los costes de restauración medioambiental que exigen este tipo de explotaciones y que obligan a importantes inversiones.
El Acuerdo de Colaboración establece que las consecuencias del incumplimiento del mismo supune la obligación de Enusa de reembolsar a Berkeley el valor del daño emergente consistente en las inversiones y los gastos incurridos por ésta "cinco millones de euros (5.000.000) destinados a la adquisición de la información y cualquier gasto derivado de la realización de Estudio de Viablidad, completado o no? así como cualquier daño y perjucio causado, incluido el lucro cesante.
Por lo tanto, Berkeley reclama una compensación por los daños y perjuicios derivados del incumplimiento del Acuerdo de Colaboración por parte de Enusa que supera los 200 millones de dólares USA. Esta cantidad se verá incrementada por los intereses devengados hasta la fecha de pago de la citada compensación, informa la compañía.
Berkeley considera que tiene un caso robusto frente a Enusa. Esta consideración se sustenta en diversos factores, entre los que se encuentra el hecho de que toda la documentacion tanto técnica como financiera entregada a Enusa, incluido el Estudio de Viabilidad y el Estudio de Ingeniería Básica conceptual, ha sido auditada por prestigiosas firmas especialistas en cada uno de los aspectos del proyecto.
Tal y como Berkeley comunicó a Enusa y se desprende de los estudios realizados, la puesta en marcha del proyecto implicaría la creación de 600 empleos durante la fase de construcción y entre 250 y 300 empleos durante la fase de operación. La puesta en explotación del proyecto no implicaría coste adicional para Enusa ya que el 100% de la inversión sería pagado por Berkeley, aunque Enusa y el Estado Español percibirían, considerando el 10% de dividendos, canon de producción y los correspondientes impuestos, más de 154 millones de euros, según el caso base.
La inversión del proyecto, gran parte de las cuales redundarían en la provincia de Salamanca, sería, según el caso base, de 958 millones de euros, repartidos entre inversiones de capital en activos (labores de construcción de mina, accesos y planta) 257 millones de euros; restauración y clausura, 56 millones de euros; y costes de operación, 644 millones de euros.
BME ha notificado por escrito a Enusa que el máximo interés de Berkeley es desarrollar el proyecto, por lo que siempre estará dispuesta a colaborar para alcanzar una solución amistosa en este asunto con independencia del procedimiento arbitral en curso.
Brendan James, CEO, ha señalado "Los retrasos en la puesta en marcha del proyecto han sido frustrantes y no pueden continuar indefinidamente. El arbitraje no es la mejor solución para Berkeley ni para la comarca de Ciudad Rodrigo, pero nos hemos visto obligados a iniciarlo como medio de defender nuestros intereses y los de nuestros accionistas. Con independencia de lo anterior, el equipo de dirección de Berkeley van a continuar centrado en el desarrollo y la puesta en marcha de los yacimientos de Retortillo y Santidad que forman la primera fase del denominado proyecto Salamanca I, que es 100% propiedad de Berkeley y que está localizado también en Salamanca. Dicho proyecto continúa avanzando según la planificación prevista y con el objetivo de iniciar la construcción de dicha primera fase en 2013".