Castilla y León

El céntimo sanitario y el futuro de las Cámaras

Imagino que no habrá sentado demasiado bien en la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) el apoyo que el presidente del Consejo Regional de Cámaras, Vicente Villagrá, ha dado a la implantación del céntimo sanitario. La salida a escena de Villagrá se produce en plena ofensiva de la patronal, capitaneada por su presidente, Jesús Terciado, contra el tributo que la Junta impondrá a los carburantes y que tiene acongojados a todos los sectores relacionados con el transporte.

No es que el responsable regional de las Cámaras no tenga derecho a opinar, pero sí resulta extraño el formato. La locuacidad de Villagrá no se ha producido a instancias de los "pérfidos" periodistas, siempre intentando sacar punta, sino a través de un artículo de opinión.

Resulta cuanto menos chocante la irrupción a escena de Villagrá con un asunto tan polémico y tan sensible en el sector empresarial sin que, a priori, nadie se lo haya pedido (¿o quizá sí?). Las relaciones entre las Cámaras y las asociaciones empresariales siempre han estado teñidas de rivalidad y es comprensible que en determinados asuntos no tengan que tener una misma posición, pese a que en teoría ambas dicen defender los intereses de las empresas.

Por indicación o no, la iniciativa de Villagrá recuerda a aquella campaña que las Cámaras se montaron para intentar salvar la cara al Gobierno a cambio de que no les suprimiesen las cuotas obligatorias. Se inventaron aquello de "Esto lo arreglamos entre todos" pasándose por el arco del triunfo el cabreo generalizado entre el empresariado por la gestión de Zapatero.

Como todos conocen, el tiro les salió por la culata y el favor les fue devuelto con la asfixia económica. Y ahí es donde la iniciativa de Villagrá comienza a tener sentido. Salvo excepciones, las cámaras de Castilla y Léon, incapaces de adaptarse a la nueva situación, llevan meses pedigüeñando dinero a la Junta. Quizá lo consigan, aunque el divorcio entre las Cámaras y el empresariado puede ser irreversible.

Rafael Daniel

Delegado de El Economista en Castilla y León

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