
La guerra en Galletas Gullón reaparece de nuevo en los tribunales. Un juzgado de Palencia analiza ahora la demanda de los hijos de la principal accionista contra el director general por la compra de unos terrenos donde se asienta una de las fábricas.
El Juzgado número 2 de Cervera de Pisuerga ha retomado el juicio en el que se dirimirá si el director general de Galletas Gullón, Juan Miguel Martínez Gabaldón, se ajustó a la legalidad o no al haber adquirido a su nombre unos terrenos que Galletas Gullón necesitó para ampliar su factoría en Aguilar de Campoo y sobre la que se asienta ahora Gullón III.
Según publica Diario Palentino, el Juzgado acogió el martes la vista en la que los abogados de los miembros del anterior Consejo de Administración de Galletas Gullón solicitaban diversas medidas cautelares antes de la celebración de la vista previa del juicio, que tendrá lugar, previsiblemente en marzo de 2012.
Entre las medidas propuestas por los antiguos administradores estaba la de paralizar cautelarmente el próximo pago que Gullón deberá hacer a Juan Miguel Martínez Gabaldón por los terrenos que fueron vendidos finalmente a la firma por 3 millones de euros, en diciembre de 2010, poco después de que Gabaldón fuera reincorporado a la empresa.
La adquisición de estos terrenos por parte de Gabaldón y su posterior contrato de alquiler fue la justificación del anterior Consejo de Administración para despedir al alto directivo, debido a su «pérdida de confianza».
Una decisión que se tomó en contra de la opinión de la máxima accionista de la empresa, María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, que durante los juicios por el despido de Gabaldón defendió que había sido ella, como propietaria de la firma, la que le había pedido a Gabaldón que adquiriera personalmente los terrenos necesarios para la ampliación de la empresa porque, según sus declaraciones, el Consejo de Administración (compuesto por sus hijos y hermanos) no consentía tal gasto.
Rodríguez Sainz logró hacerse de nuevo con las riendas de la empresa en la Junta del Mercedes, que tuvo lugar dentro de un turismo a las puertas de la sede social de Gullón y en la que se reunió más de la mitad del accionariado de Gullón. Ella, su hija y Juan Miguel Martínez Gabaldón.
Tras ello, se nombró a sí misma Administradora Única de la empresa y restituyó de nuevo a Juan Miguel Martínez Gabaldón como director general de la empresa tras haber logrado una indemnización cercana a los 10 millones de euros.