Castilla y León

Condenan a Sacyl por no diagnosticar una hepatitis que derivó en linfoma

El Tribunal Superior ha condenado a Sacyl a indemnizar a un paciente con 61.000 euros por los daños y perjuicios sufridos por no haberle diagnosticado una hepatitis C que derivó en un linfoma.

El caso se remonta al 6 de agosto de 2001, cuando al paciente R.R.O, que tenían entonces 31 años, le fue realizada una analítica en el Centro de Salud San Agustín de Burgos que arrojó un resultado positivo a hepatitis C. Dichos resultados no fueron comunicados al paciente y ello a pesar de que acudió a diferentes consultas con su médico de familia en el período de 2001 a 2005, según informaron a Europa Press fuentes de la asociación El Defensor del Paciente.

El paciente comenzó en verano de 2005 a presentar patología dermatológica, diarrea crónica y hemoptisis, por lo que fue derivado en octubre de 2005 al Servicio de Digestivo del Hospital General Yagüe de Burgos, donde le fue comunicado que tenía infección de VHC, lo que le fue confirmado en su Centro de salud el día 20 de octubre de 2005 indicándole además que constaban en su historial dichos resultados desde el mes de agosto de 2001.

Dada la pérdida de confianza en su médico de familia "que había demostrado una pasividad inexcusable" al no informar al paciente de aquellos resultados analíticos tramitó el cambio de facultativo y pasó a pertenecer al Centro de salud Gamonal Antigua, desde donde fue derivado al servicio de urgencias del Hospital General Yagüe por su sintomatología, siendo finalmente diagnosticado de linfoma No Hodking B agresivo con índice proliferativo muy alto.

La sintomatología que presentaba el paciente eran signos que de haberse diagnosticado la hepatitis y realizado los controles periódicos oportunos se hubieran relacionado con el linfoma No Hodking "rápidamente" y se hubiera podido tratar meses antes.

La Sala considera inadmisible que existiera tan grave ausencia de información, valoración y tratamiento de la hepatitis C desde agosto de 2001 hasta el mismo mes de 2005. "Se puso en riesgo al paciente y a sus familiares, fundamentalmente a sus parejas sentimentales, dado que en aquel entonces se trataba de un hombre de 31 años sin pareja estable y sexualmente activo", ha indicado El Defensor del Paciente.

La sentencia no solamente reconoce la "infracción de la inexcusable obligación de comunicar al paciente su afectación de una patología tan contagiosa como la hepatitis C", reconoce además "la falta del adecuado control y seguimiento de la enfermedad con la pérdida de oportunidad en cuanto a recibir tratamiento antiviral específico".

La sentencia reconoce el derecho del paciente a ser indemnizado por la ausencia de información y por el agravamiento de sus secuelas debido al retraso asistencial, no obstante, "fija una indemnización global sin tomar como base las secuelas que presenta".

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