Castilla y León

Matarromera pone en marcha su planta de deconstrucción molecular

Carlos Moro

Grupo Matarromera ha puesto de largo la que es la mayor planta de deconstrucción molecular del mundo, que permitirá producir un total de 9 millones de litros vino desalcoholizado EminaSin y EminaZero.

Durante el acto, al que acudieron el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, el responsable del Grupo Carlos Moro, aseguró que la planta, situada en la localidad vallisoletana de Valbuena de Duero, "es el resultado de una apuesta conceptual de innovación constante que caracteriza al grupo y de un esfuerzo inversor permanente en I+D que se inició en 2004".

Moro añadió que "no sólo hemos creado una nueva categoría de producto, el vino 0,0% de alcohol, sino que hemos abierto camino como pioneros a nivel comunitario. El vino y su deconstrucción molecular permite enormes posibilidades al consumidor".

Esta planta es todo un hito español de innovación, al ser la primera del mundo capaz de desalcoholizar un vino natural hasta un contenido alcohólico de 0,0% grados, creando referencias en distintas variedades: tinto (tempranillo 100%), blanco (verdejo 100%) y rosé (tempranillo 80% y verdejo 20%), e incluso crear el primer espumoso 0,0% de alcohol.

Los criterios tecnológicos empleados permiten mantener todas las propiedades del vino beneficiosas para la salud (polifenoles, antocianos y antioxidantes) con un mínimo nivel de conservantes alimentarios, por debajo incluso de lo establecido por la legislación vigente.

EminaSin tiene un contenido de hasta 0,5 % de volumen de alcohol y con 4,9 Kilocalorías por 100 mililitros, frente a las 85 del vino tradicional o las 220 del mosto. EminaZero tiene 0,04% de alcohol y 0,29% de azúcares, en comparación con 12,5% de alcohol y 3% de azúcares del vino convencional. Además no comporta grasas, ni proteínas ni aportación calorífica.

EminaZero es pionero por ser el primero en su categoría pero también por presentarse de forma diferente: en botella convencional de 750 mililitros y en lata inoxidable

de 250 mililitros. Esta innovación en el producto responde al interés de abrir nuevos mercados y nuevos segmentos potenciales de consumo. La versión en lata mantiene todas las propiedades de la versión en botella y es una solución pensada para todo tipo de situaciones y segmentos de población.

El proceso de producción consta de tres complejas fases a partir de vino natural: desaromatización, desalcoholización y reconstitución organoléptica.

En la primera fase, los compuestos aromáticos más volátiles se separan del vino, obteniéndose aromas sin alcohol del vino de partida. En la desalcoholización, el vino desaromatizado se divide de nuevo en dos fracciones: etanol de aproximadamente 60 grados y vino desalcoholizado. Por último, la reconstitución organoléptica del vino incorpora aromas sin alcohol y aditivos alimentarios de segunda generación. Gracias a la deconstrucción, se minimiza el riesgo de pérdida de

componentes aromáticos en el vino.

La inversión total del proyecto desarrollado por Grupo Matarromera alcanza los 7 millones de euros, de los cuales 3,72 corresponden a inversiones de proyecto y otros 3,2 corresponden a proyectos de I+D+i. Un trabajo, iniciado en 2004 y que se ha logrado gracias a la colaboración y participación de diferentes administraciones europeas, nacionales y autonómicas.

El Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) ha aportado a este proyecto una cantidad que supera los 538.000?, además de las aportaciones provenientes de los Programas Torres Quevedo por valor de 310.000 ?.

En total, la capacidad innovadora y emprendedora del Grupo Matarromera le ha permitido captar más de 6 millones de euros del Ministerio de Ciencia e Innovación desde el año 2004, lo que le ha permitido abordar nuevos retos y ser más competitivos introduciéndose en nuevos negocios y mercados.

El proyecto de deconstrucción molecular también se ha desarrollado gracias a Proyectos Feoga (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola) de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León por valor de 1,2 millones de euros, a los que hay que sumar la aportación de ADE (Agencia de Inversiones y Servicios de Castilla y León, perteneciente a la Consejería de Economía del gobierno regional) por valor de 392.000?.

En datos globales, dentro de los proyectos realizados por Grupo Matarromera, la colaboración con el gobierno regional se ha traducido en una inversión de más de 7

millones de ?, cuya subvención ha alcanzado los 1,75 millones por parte de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, mientras que desde la Agencia de Desarrollo Económico de la Consejería de Economía de Empleo se ha apoyado con 2,3 millones los proyectos cuyo presupuesto asciende a otros 7,8 millones inicialmente invertidos por la compañía vitivinícola. Matarromera también ha contado con ayudas provenientes de fondos europeos (400.000? de inversión y un 200.000? de subvención).

Grupo Matarromera ampliará la presencia del vino sin alcohol en los 50 países donde ya se encuentra presente con otras referencias del grupo. En 2011,

EminaZero ya está presente en Estados Unidos, China, Oriente Medio y Asia Central (un tercio de las ventas totales del mercado internacional), América, resto de Asia y Europa.

La compañía ha diseñado un plan de expansión entre 2011 y 2015 que triplicará su dimensión empresarial, de 13,8 millones de euros en 2010 a 47,8 en 2015, apoyado en

diversificación de producto, nuevos mercados internacionales y nuevos consumidores. En 2015 las ventas del grupo corresponderán en un 40% a vinos sin alcohol, un 50% a vinos convencionales y un 10% restante a aguardientes, aceites, cosméticos y turismo.

La ministra de Ciencia y Tecnología, Cristina Garmendia, puso al Grupo Matarromera y su nueva planta como ejemplo de innovación y del cambio de modelo productivo que «ya ha comenzado en sectores tradicionales como la construcción, el turismo y la agroalimentación en España». Sectores que, pese a ser poco innovadores, han sabido subirse al tren de la I+D+i. Unas palabras que corroboró minutos después el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

«No hay sectores innovadores y no innovadores; hay personas y empresas innovadoras y otras que deciden no serlo. Sólo es una cuestión de actitud, de formación y de incentivos», añadió la ministra, poco antes de recordar que, desde 2004, España ha duplicado los recursos destinados a I+D+i. Sin embargo, también resaltó que nada sirve, aunque las instituciones públicas cambien el marco legal y aumenten las ayudas, porque es «imprescindible que los emprendedores sepan aprovechar las oportunidades». En ambos casos, Cristina Garmendia puso al empresario Carlos Moro, a su grupo empresarial y a todo su equipo como ejemplo «por los éxitos conseguidos, que sirven a tantas empresas de toda España».

Por su parte Herrera insistió en la importancia de la apuesta por la innovación tecnológica llevada a cabo por el grupo bodeguero como «un ejemplo a seguir por el resto de empresas» de Castilla y León.

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