
"Hasta hace sólo unas décadas, y durante muchos siglos, en cada ciudad y pueblo importante de nuestro territorio se celebraba periódicamente un mercado que reunía a los agricultores y ganaderos que trabajan en los alrededores".
Hasta hace sólo unas décadas, y durante muchos siglos, en cada ciudad y pueblo importante de nuestro territorio se celebraba periódicamente un mercado que reunía a los agricultores y ganaderos que trabajan en los alrededores. Era una cita importante, que ningún profesional se podía perder, porque era casi el único medio por entonces de estar informado, y también porque el mercado acogía los tratos, de palabra, de buena palabra dada, entre agricultores y ganaderos. Como palentino que soy, recuerdo bien el mercado de Saldaña, ya reconocido en el siglo XVI, que cada martes reunía a profesionales de toda la comarca. Se vendía y compraba ganado, pero también se acordaba la compra de grano o de alfalfa, que acercaba a la granja ganadera el mismo agricultor, en su pequeño remolque.
Con el tiempo, fueron cambiando los métodos de comercialización. Los animales comenzaron a venderse en las propias explotaciones, a intermediarios o mataderos industriales. Almacenistas y deshidratadoras se ocupan de cosechar y de empacar, materia prima y que más tarde volverá de nuevo al pueblo de donde salió, preparado ya como pienso y, eso sí, mucho más caro. Los agricultores han delegado en grandes empresas que, claro está, se quedan con un margen importante, el margen que estrangula la economía de los ganaderos.
Hoy nos encontramos en la región a pocos días del inicio de la cosecha de cereal, pero desde hace semanas se está segando forraje. Los agricultores sabemos lo que se juegan en estos días, pues de la venta al mejor precio posible dependerá la rentabilidad de un año de trabajo. Durante mucho tiempo el mensaje que se nos ha repetido era que necesitábamos tener explotaciones de mayor tamaño para ser rentables, y hemos hecho mucho esfuerzo para conseguirlo. Pero hay una tarea que se ha descuidado, cómo gestionar la compra de insumos y la venta de producción de la manera más eficaz. Ese alejamiento de los centros de decisión donde nuestro cereal, carne o leche de compran y se venden nos está pasando una factura muy alta.
Como siempre hay países que van por delante de nosotros y que es bueno copiar sus estrategias, cuando lo que proponen nos interesa. Hace unos días en Francia, donde la sequía ha afectado, como en el resto de los países centroeuropeos, y mermado sus producciones de cereal, las principales organizaciones y administraciones con responsabilidades en el sector se ponían de acuerdo para proteger y reforzar las relaciones contractuales entre agricultores y ganaderos, para evitar en lo posible la mano de intermediarios que encarezcan los productos de manera artificial, lo que supondría el "golpe de gracia" para los ganaderos.
Tomamos modelo de los Pirineos para abajo reconduciendo los contactos entre los profesionales de la agricultura y la ganadería y plantemos cara a los intermediarios. No permitamos especulaciones con forrajes y cereales o en subproductos como la paja, porque los acuerdos entre agricultores y ganaderos son beneficiosos para ambas partes y frenan los abusos de las grandes compañías. Además, tenemos mecanismos dentro de nuestro mismo sector que sirven específicamente para esta función, nuestras cooperativas. Aquellas que tienen la capacidad y volumen suficiente tienen la obligación de apuntalar esta actividad, comprando al agricultor y vendiendo al ganadero, con unos mínimos gastos de gestión y sin intermediarios, e incluso hacer de propiciar el acuerdo entre sus propios socios, sin siquiera manejar ellas la mercancía. Para eso tenemos que tener un cambio de mentalidad de que estamos en el mismo barco y que debemos favorecer a los nuestros. Puede que el tiempo de los mercados haya pasado, pero habrá que inventar nuevas herramientas para permitan sumar nuestros esfuerzos. Porque el tema no es "agricultores contra ganaderos", sino "agricultores y ganaderos".
Donaciano Dujo
Presidente regional de Asaja