
La paralización del centro que la multinacional sueca construye en Valladolid divide a la Sala del TSJ que debe decidir si se detienen los trabajos. Las diferencias podían deberse a la exigencia de aval a los comerciantes que pidieron que se detuviesen las obras.
El proyecto del nuevo centro de Ikea en Valladolid se enfrenta a uno de sus momentos más decisivos. La Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia podría decidir en un plazo de pocas semanas el montante del aval que deben depositar la Confederación del Comercio de Castilla y León para paralizar las obras.
Esta petición de paralización sería en cumplimiento de la sentencia de ese mismo órgano por el que declaraba nulo la recalificación urbanística que hizo posible la instalación de la multinacional.
En virtud de dicha sentencia, Conferco solicitó la paralización de las obras, cosa que la agrupación da por seguro a tenor de la rotundidad del fallo. La clave, sin embargo, se encuentra ahora en si la Sala deciden imponer un aval para hacer frente a los daños y perjuicios que se provocaría a la multinacional sueca y, sobre todo, su importe. En el caso de que fuese muy alto, haría inviable la petición y las obras continuarían. La multinacional pidió que fuese de 100 millones de euros.
La ponente del recurso, Ana Martínez Olalla, ha comunicado que emitirá un voto particular y que deberá ser otro de los dos magistrados que forman la Sala el que redacte la nueva resolución.
Ana María Martínez Olalla representa la parte más dura de la Sala y siempre se ha postulado en contra del proyecto.
El nuevo ponente será Felipe Fresneda, que se ha incorporado a la Sala recientemente.
La compañía Ikea abrirá a finales del próximo año su tienda en el complejo que se ubicará en unos terrenos en el municipio de Arroyo de la Encomienda, cercano a la ciudad de Valladolid. La multinacional sueca espera que en la primavera del año 2012 esté listo el resto del complejo comercial, con capacidad para 125 tiendas, que supondrá una inversión de 200 millones. Según calcula la empresa, estas instalaciones recibirán cada año a unos diez millones de clientes del noroeste de España.
La nueva superficie comercial, la más grande de las existentes en la Comunidad Autónoma, será la primera tienda de Ikea en Castilla y León y la mayor de España. Dispondrá de 34.700 metros cuadrados para su tienda propia y estará integrada en un gran atrio, un diseño novedoso para la compañía, que dará paso al resto del complejo comercial, que contará con 41.000 metros cuadrados, disponibles para ser alquilados. Así, en conjunto tendrá una superficie total de 100.000 metros cuadrados y un aparcamiento de 25.000 metros cuadrados con capacidad para 4.950 vehículos.